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Reabre, en el exconv·cnto de Santo Domin–

go, el Seminario de La Paz; crea una cole–

giata en Copacabana. Hace un viaje por el

resto del país y, a su regreso, establece

provisionalmente la sede del gobierno en el

Norte. Maneja el país ·en los primeros tiem–

pos de su administración con un "Estatu–

to Provisorio" en vez de Constitución. Se

consagra a todos los ramos de la adminis–

tración. Camacho, imparcial, lejano obser–

vador de ese acontecer, dirá: "AuVtentó el

ejército y organizó

la guardia nacional;

condujo con regularidad la hacienda y sir–

vió todos los gastos; redujo la deuda interna

(no había ·externa) de tres millones y medio

Estandarte bordado en seda con los emblemas de

la Confederación Perú-Boliviana.

a que ascendía, a menos de un millón". En

la actual calle Yanacoha, mandó construir

un puente sobre el Choqueyapu para facili–

tar el tránsito de las dos bandas de la po–

blación divididas por el río. Este mismo

año creó el Banco rescatador de pastas de

oro y plata, organismo d-e influencia en la

economía púb-lica. Y luego, por los Yungas,

viajó a Cochabamba. Desde ese momento

será un gobierno móvil, inquieto, con mul–

titud de problemas; pero orientado a esta–

blecer beneficios inmediatos, cr·ear obras,

emprender trabajos, luchar contra las con–

diciones geográficas _adversas en que desa–

rrollábase la nación. Orden,

instrucción,

vialid~d,

hacienda

sane~da,

ejército, reli–

gión; s·erán los motivos de su desvelo.

Por decreto de 1830 crea la Universidad

de La Paz, que resuelve una de las necesi–

dades locales; muchos jóvenes de provincias

y otros centros pudieron pasar por los cur–

sos de la nueva casa de estudios. Formó

también la Biblioteca de La Paz, que ahora

lleva el nombre de "Santa Cruz".

Reverso del mismo estandarte. Prenda que se

con~erva

en el museo particular del Sr. Andrés

·

Santa Cruz, nieto del Mariscal.

Ese mismo año, el país sufría una dolo–

rosa sacudida, que conmovió particular–

mente a La Paz: el asesinato de Sucre. La

ciudad estaba vinculada al héroe: llevaba

el nombr·e de La Paz de Ayacucho. Desde

que ingresó a la ciudad le supo uno de sus

amigos. Aquí, con el decreto de 9 de febre–

ro, nació Bolivia. El Mariscal de Ayacu–

cho le dedicó sus esfuerzos y sus desvelos;

bastará recordar la nota que envió desde

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