Table of Contents Table of Contents
Previous Page  92 / 262 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 92 / 262 Next Page
Page Background

1

88

JULIAN SANTISTÉBAM OCHOA

Al año de estadí:l en la selva de los chunchos, 1595, retorna a Lima, pera

ho sabemos nada de su actuación, :pasta que

murió

en esta ciudad el año de

1606.

,l

No fué sólo . historiador y misionero cristiano este clérigo, a quien se

deben datos tan interesantes de

nue~tro pa~ado,

sino que' fué

u~

buen litera–

rio y poeta, citado por Diego Mexía, .en donde inserta el soneto de rma dama

per.J.~.ana

en' loor a Cabello y otro de éste ·mismo al poeta huanuqueño don

Diego de Aguilar y Córdoba, que denota soltura y elegancia. en media de la

pesadez de estilo de la

~poca.

'

1

De' su Misceláqea Antártica podernos decir que guarda arm(i)níá con los

más autorizados cronistas, como Cieza, Garcilaso y Malina. y que Sarmiento

parece que lo C€lnociÓ¡ printipalmerite para aventurarse en pos de las Islas

Hagua Chumbi y Nina-chumbi (-las Galápagos?) qué éste las describe como

conquistadas por Topa Inca Yupanki. Es interesante Cabello de Balboa .por

ser el Único que nos habla .de la probable emigración

.centroamerican~

a las

playas del Perú cuando, en su capítulo VII, nos cuenta la leyenda del Jefe

o Rey Naimlap,

d~sembarcctndo

con su gran flota en las tierras de Motupe,

fayanca, Lambayeque

· y:

Colliqye, trayendo' al Dios Chot, y a la larga

se~ie

de parientes y seáidores. De esta leyenda, como de otras, es

posi~le

sacar

noticias útiles para la liistoria del viejo Perú.

También nos

mue~tra,

con gran lf'ismo y sencillez, la l'eyenda de las

dos amantes de Quito y Cúsco, que conservan su qran amor en medio de

la lucha cr,uenta de sus puE¡lblos y, aún, en el de la tragedia de su raza, cuan–

do son'6 la conquista; la de la bella

Cu¡:~coill'or

y Quila Yupanqui, que la ex–

tractó Markham en su obra Historia de -tos Incas.

Finalmente nos relata pormenores de la conquista, en C:1jamarc;:a, donde

satiriza un

tap.to

al padre Valverde, pero en parte justifica la muerte de Atao

Wallpa, con quien se muestra poco complaciente, así como con sus jefes

Kiskis

Chalcuchim:1j, mostrando con horror todas sus monstruosidades rea–

lizadas en el.Cusco con la nobleza· imperial, pese de haber escrito su abra

en ·la 'todavía aquietada

Quitq

"indígena de aquella . época·. ,

.

'

l2..:...._Fr. Martín

de

Murúa.-Muy

poco se ha podido averiguaT acerca de

~a

vida de este ilustre m.ercedario español y conventual de la Meréed del

..Cusco, donde escribió su memorable y bien redactáda crónica. Por propia

decláración, en- el prólogo de su libm IV, sabemos que es natural de Gui–

púzcoa "madre de divinos i!J-genit>s y animosos guerreros", como él nos dice,

vanagloriándose de ser paisano de San Ignacio de ;Loyola, es 'decii de la Villa

de A;¡;peitia, cerca de la casa señorial de los Oñas y Loyola, y aunque. el pa–

dre mercedario Victor Barriga afirma que era de Güernica; de todos modos

vendría a ser un ho:tnbre vasco.

Inquiriendo en los arohivos mercedarios poco hemos podido averiguar

sobre

1¡¡.

época en que entró a la Real y Militar Orden de la Merced, ni cuan–

do vino a las Indias, salvo el dato delr P. B:1rriga que dice pr?fesó en Castilla.