LOS CRONISTAS DEL PERU
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cuñado, como lo fué, pero por
es.temotivo, es decir por. el odio entre
lo~
dos '
hermanos incas de la conquista,
omite
a ,
Was~ar,
c;on pasión. censurable y,
más bien, añade a los nombrados incas por e1• Ma:rqués Pizarra: Túpaj Hualpa
y Maca Inca (Manco
II}¡
así comó al "que nombraron los capitanes de M?tngo
*ga, Saire Tupaj de quien dice "que agora esta en las
mantª~as"
al
t~~mpo
de est::riair la lista de Kcapaikuna, que precede a su obra. .La Suma y Na–
rración de Bétanzos sólo alcanza hasta
I~ca
)'"u¡Danqui
plaah~ti
(Pachacutei); •
no sabemos si concluyó o no su historia, o si ésta, que·es lo más probable,
por el tiempo que tuvo. para hacerlo en el Cusca, se ha •perdido, De todos
modos es lamentable esta pérdida u omisión, sobre iodo para sabe;: cómo
trata de justificar a su éuñado Atao Wallpa y de. los hechos de Sayri Tupaj,
a {¡uien él, más que nadie, supo reducirlo y
haaerl~ ca~itular
coñ la Corona
de España.
11.-Miguel Cabello de
Balboa.-Siguiendo a don Carlo.s A. J3.omero po-
demos afirmar que Cabello de Balboa nació en Archidona de la provincia
. andaluza de Málaga, en España', sin precisar fecha de nacimiento, (m&s o me–
"nos
1535)
ni
el nombre de sus padres, ni nada acerca
de
su juventud, salvo
el dato que peieó en
la~
guerras contra Francisco I, 9-e Francia, el rival de
Carlos V, quien lo hizo prisionero en la propia· capital de su reyno, asistiendo
da esta manera a las acciones heroicEis de los españoies en Europa. Más tar–
de cambia la éspada o la lanza por el breviario y la cruz, se hace olé:rigo, y
en
15!?6
lo tenemos ya
?e
e1ra9gelizad.o¡:: y mifiopero en las nuevas tierras
qonquistadas de América. Posiblemente llegÓ a. Bogotá con Gonzalo Jimé–
nez de Quesada y"'en el convento franciscano de esta ciudad coripdó a un
. Fr. Juan de Oiosco, quien lé enseñó obras escritas sobre el origen. y
la
his–
toria de los indios, posiblemente de los Incas del Sur. Después "de
1o
años
de residencia en Santa Fe de Bogotá pasó a Quito, donde continuo investigan–
do las viejas historias .índigas y donde llevó,
POIJ
propia déda¡:áción, la obra
del 'Clérigo cusqueño Cristóbal de Malina (posiblemente las Fábulas y .los
"Ritos de los incas y otra perdida), más otros· autores, hasta que- en
1586
tuvo
lista su abra o crónica, que la llamó
Miscelánea Austral o Antártica,
al cabo
de otros¡¡ diez años de residenca en Quito·
Posiblemente por sus actividades misioneras, nuestro clérigo cronista aban–
dolll.-q Quito y pasando por' Lima y el Cusca, las dos más íarhosas ciudades de.
entonces, se dirige a ·las Charcas, y es en Chuquisac.a donde lo- ubicamos
en
1594,
preparándose para su entrada a la .catequjzaci6n de los
éh.utich~s,
por carta de él mismo, su ·fecha
11
de setiembre de ese año, dirigida al Vi–
rrey don García Hurtado de Mendoza, Marqués de Cañete. · Parece fué fe–
cunda su labor apostólica en esta región. Por e11:tonces escribe un libro, que
se pU.blicó en.
1602,
titulado "..Orden y traza para des=ubiir y poblar la tie–
ru de los chunchos y otras provincias", pero el mismo Jiménez de la Espada,
que nos da el dato, no con-oció tal obra, hasta ahora desconocida y que debió
ser muy valiosa.