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LOS CRONISTAS DEL PERU:

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:Plelago. -;crg¡mos creerr que

,llfoga~n

a encontrarse y pasta _P.Oll·dos veces,

pero todavía esto no se ha

l~egado

a esclarecer.

Sarmiento desde entonces ya no quiere abandonar el mar, inmenso co–

mo su ambiciolles de caballero

~spañol

del siglo XVI, y en el año de

1579

parte del Callao rumbo al Sur, siendo el primero en

atraves~r

el

~strecho

de

Magallanes de Oeste

a.

Este y llega hasta la Corte de Felipe

n,

a quien con–

vence de una idea ·que se adelanta a su tiempo: quiere colonizar

X

fortificar

el estrecho para afianzar así el dominio de las 'Españas; en efecto, en febrerQ

de

1584,

después de entonar, en esos fríos páramos australes, 'un "Te Deum',

funda dos ciudades fortalezas en las dos entradas del l;:strecho de Magalla

_ · nas, y las ba1.1tiza con los nombres

de

"Rey ·don Felipe'' y "Nombre de

Je–

sús". Pero los víveres escasean, los colónos se ven amenazados por el ham–

bre

y

las enfe_rmedades, además varias de sus naves han zozobrado, entonces

parte para ES,pa.rl.a a traer refuerzos y más hombres para las recientes colo–

nias; la mala estrella lo persigue y, cerca de las Azores, es tomado prisionero

por Walter Raleigh y conducido a Inglaterra. Su prisión dura

4

años, de

1586

a

1590,

'pero durante ella dialoga en "Latín con la Reyria Isabel, en 'per–

fecto Latín, el lenguaje diplomático de

enfonc~s;

la reyna ordena se le trate

bien

y

poco

d~spués

le da libertad. tlega a

Fra~oia,

transcurrido alqún

,tiempo sale de París y retoma por fin a Espa:fi9,, pero los hugonotE!S, en lucha

con los católicos, lo apresan de nuevo por 8 meses; el rescate le, cuesta

¡m

dinero y por

fi{l.

en

1590,

achacoso, enfermo, casi

paralíti~o.·

llega a España.

Durante estos

4

años él.e cuativerio del colonizador Sarmiento, las pobla–

ciones

y

fortalezas del Estrecho de Magallanes iban

pereci~ndo

de hambre,

1

,

entre una anarquía y 9esesperaci6n dantescas, mientras éste ansiaba su

li-

bertad más por

s~correr

a sus colonos que por su propio servicio. '

- El corsario se

aprov~éha

de la prisión del gran marino español. Tom&s

Cavendish llega a la

ems~nada

del "Rey Don Felipe"

•y

encuentra sólo un

cementerio en la antes floreciente colonia; haée leña de las puertas y desen-

tierra los cañones de sus bastiones para reforzar su armada. Entonces tiene-

dos sorpresas: encuentra en la plaza q4e "cu.elga· de la horca

un

pingajo hu–

mano; es tal la. fuerza del viento que el cuerpo pende casi

~orizontal.

A la

(

distancia semeja ropa tendida";

m~s

allá encuentra también un

fantasm~

ver–

dadero: es Tomé Hernández, el único sobreviviente de los intentos y esfue!""

zas de un gran visionario. Otros· afirman que los sobrevivienies fueron quin–

ce.hombres

y

tres muieres, siguiendo al P. Lizárraga.

Sarmiento en la Corte SUPlica, tpide audiencia, •escribe ' un memorial al

Rey en el que le dice: "tanto he sufrido que puedo

consider~e

m'ru-tir"..

Nada, el ,s!lencio real es terri}:¡le y misterioso, la ipjusticia

.Y

la ingratitud fuá

el pan de estos hombres

tl.el

siglo XVI, y así murió pobre y abandonado, en

- q1alquier rincón de España, el

1

hombre que quiso dar a su patria fama, honor

y

poderío.

. ,

1

Esta es la vida de· este nuestro cronista

e~pañol, ,

y si nos excedemos en

narrarla en este trabajo, dedicado

má~

a .las fuentes' históricas, es para poner

1

1