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126 ORGANIZACION DE LA SOCIEDAD EN EL PERU PRECOLOMBINO
f
erenciar a lo suyos propios. El D·erecho Materno coexistió
con el parentesco por generaciones, pero aún no era sufi–
ciente para imponerse. Fué necesario que se reconociera la
prohibición de tener trato entre hermanos uterinos que, co–
mo he dicho, podían diferenciarse, para basándose en este
elemento constante, el matriarcado adquiriese toda la fuerza
indispensable a fin de entrar en üna vigencia positiva. Se
reconocía, entonces, una madre legendaria de la que descen–
dían hombres y mujeres. Los hijos e hijas de e11as también
reconocían este ·ancestro, al igual .que los nietos y nietas. En
'=ambio, los hijos e hijas de ellos no reconocían a la madre
legendaria porque llevaban la
f
i!iación de otras mujeres ex–
trañas a esta comunidad de parentesco y que, .a su vez pcr
~eían
un régimen idéntico. Así quedó circunscrito el paren–
tesco vertical gracias a la diferenciación, primero entre her–
n~anos
uterinos y colaterales, y después a la prohibición, re–
conocida, del comercio sexual entre estas categorías consan–
guíneas. Con el correr del t_iempo la madre legendaria va
perdiendo su condición de tal
y
so!amente subsiste el vínculo
de parentesco, siendo reemplazada por 1a cot)cepción del
l\1aloui , ya expuesta eñ otro lugar.
Ya se
comprende~
entonces, aquel!a afirmación que hi–
ciera en las primeras páginas, definiendo al Ayllu como el
agregado social que involucró dentro de sí a los grados de
parentesco más lejanos, tanto
en
la línea directa como en la
colateral, para formar de esta. manera una agrupación ho–
rr.og-énea que tuvo un sentimiento colectivo uniforme en lo
referente a su própia génesis.
El
Ayll~
fué, pues, nada más
que la reunión de los parientes, de los Ay!lumasi, en todas
lc:..s ramas de consanguinidad, cercana o lejana, con la única
condición de reconocer un mismo antepasado, generador de
todos elios.