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SILíPICA
Es un pájaro que tiene el color y el
ta–
maño del "quétuví ", pero mientras la ca–
beza de éste es negra, la del ''silguero'' es
rojiza o marrón.
Su canto es débil
y
poco variado, más
bien monótono.
Dice la gente que es un ave que trae
suerte
y
por eso canta:
En el monte calvario
los silgueritos
le sacaron a· Cristo
los tres c·lavitos.
Hay un "silguero amarillo" que tiene el
pecho de este color y el
d~rso
obscuro con
listas claras
y
plumas rojizas en la ca–
beza.
SILíPICA. Nombre de un lugar pre
y
protohistórico, todavía existente.
En el croquis de Serrano se encuentra
un poco alejada del río Dulce, al Oeste de
un lugar entre Tontola por arriba
y
Su–
mamao por abajo, casi enfrente de ésta. Su
nombre proviene de una tribu de indios
llamados silypicas.
En tiempos de Núñez de Prado, 1550 a
1552, -refiere Lozano- existían varios
pueblos de indios entre ellos los de Silí–
pica (con su cacique Chanamba); Nacha,
Alivigasta
y
Manchigasta
(LXXI).
Según Serrano Silípica era una provin–
cia indígena de la época de la conquista
con las características que entonces tenían
dichos nexos, es decir, de una reunión
étnico-política-territorial (cv).
En 1730 nació en Silípica -según algu–
nos autores- la que fué luego beata céle–
bre, fundadora de la Casa de Ejercicios de
Buenos Aires y que será beatificada, la
cual se llamaba María Antonia de la Paz
y Figueroa, hija del encomendero Mtre. de
.Campo D. Francisco Solano de Paz
y
Fi–
gueroa
y
de Andrea de Figueroa.
En la Real Cédula del 17 de mayo de
1627, tocante a los servicios militares del
Capitán Juan de Tejeda Miraval se lee:
"que después se halló en la pacificación de
los indi<;>s de la provincia de Silípica que
estaban alzados,
y
por la nueva orden que
tuvieron en tomarles por las espaldas, fue–
ron desbaratados dichos indios".
En el derrotero del Camino de Potosí a
Córdoba de 1755 se encuentra lo siguiente:
''De lo de López a Silípica hay ·4 leguas,
población (curato) ''; .''De Silípica se dexa
la costa del Río y se coje por la atravesía
del Palomar despoblado hasta Santiago, que
es la ciudad que hay doce leguas'' (xvn) .
También figura en el croquis -citado
por el Ing. Manuel Ordóñez- del año
1755
(Y)
en.tre Santiago por el Norte
y
Al–
mona por el Sud, en la margen derecha del
Río Dulce
(LXX'V).
En 1774 Juan Coronel cometió un homi–
cidio en la Estancia de la Almon·a en la
persona de J oseph Adauto, quien fué en–
terrado en la Capilla de Silípica. (Rev.
del Arch., T. IV, N
9
7).
En el año 1780 pasó por Silípica la
Beata Antula, llamada Sor María Antonia
de la Paz y Figueroa, al dirigirse a pie a
Buenos Aires para fundar la S'anta Casa
de los Ejercicios.
En el año 1800 era cura
y
vicario de la
doctrina de Silípica el Mtre. Don Basilio
López de Velasco (Leg. 7, exp. 103).
En 1802 era cura de este paraje el Mtre.
Félix Acosta. (Leg. 2, exp. 10).
En 1810, ante la aproximación del Ejér–
cito Libertador, el Alcalde de_ la Santa Her–
mandad . ' 'procedió a abrir una lista de
suscripción en los curatos de Silípica, Lo–
reto y Soconcho"
(XXIII).
En 1816 en las Actas Capitulares figura
el nombre del pueblo de Silípica junta–
mente con otros (Leg. 6, exp. 104). En esta
misma fecha se encuentra consignada la no–
ticia de que en dicho pueblo había una ata–
hona de propiedad del Tesorero D. Pedro
Pablo Gorostiaga.
· El Dr. Juan Lasso de Puelles había fun–
dado la capellanía de Nuestra Señora de
Montserrat, constituída por su valiosa es–
tancia de Silípica. El 12 de noviembre de