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PI'l'AMBALA
seca después de florecer, lo que h'ace recién
a los 50 años. Antes no florece. La plan–
ta no tiene tallos. Las hojas carnosas y de
bordes fuertemente dentados, nacen direc–
tamente de la raíz. Contiene ácido sulfú–
rico, ácido acético, ácidQ fosfórico, azúcar,
ca.l, celulosa, magnesia, potasa, sacarosa, etc.
El jugo de la hoja tiene también un
principio
cáustico
que
actúa
sobre
la
piel, principio que
es,
además, antisépti–
co
(LXIV).
Es planta textil. Sus hojas contienen
gran cantidad de fibras de las que se hace
el ''hilo de pita'' y diversos tejidos en los
que los indios eran muy diestros. De ahí
su nombre, pues "pita" segün algunos sig–
nifica en quichua: hilo delgado. Sin embar–
go, Adán Quiroga dice que es palabra ca–
cana.
PITAl\IIBALÁ. Nombre de lugar pre y
protohistórico del Dto. S'an Martín, antes
en Loreto.
En el croquis de Serrano '' Pitambalá ''
se encontraba situada sobre el Río Dulce, al
S. E. de J\tamisqui
y
al N. O. de Soconcho.
Probablemente este topónimo haya sido
antes Pitambalao. como Fiambalao que se
transformó en Fiambalá. También pudo
se~
Pitambálaj, es decir con desinencia locati–
va "laj" o "laje ", derivada del quichua
'' llacta '' : lugar o pueblo.
D. Andrés
A.
Figueroa dice que esta pa–
labra es "indudablemente quichua", com–
puesta por '' pitan'' o '' pitaj '' que signifi–
ca: quien y "balá", terminación adultera-
.da por los españoles que así la oyeron de
los indios y que debió ser ''hualu'' o ''hua–
hua" : tortuga o criatura (n). Esta inter–
. pretación es por demás inverosímil.
También asevera erróneamente que la
primera noticia acerca de este pueblo es del
año 1587. Sin .embargo en 1577 D. Alonso
Contreras dice : '' ... y asi mismo vió este
testigo que para la jornada que gonzalo de
·abreu governador yba a hazer acia el estre–
cho sacó de esta ciudad mucha gent.e e
cava~
llos e bastimentas e pertrechos de guerra y
de este testigo lo sawe porque los vió en Pi–
tambaJá''
(XIX).
.En 1587 se presenta ante
D. Ramírez de Velasco Da. Catalina de Pla–
sencia viuda· del insigne Capitán
D.
Juan
Gregorio Ba.zán quien fuera encomendado
de los indios del '' rrepartimiento de Pitam–
balá y sus anexos''.
En 1621 el Obispo Cortázar decía " ... el
padre Fray Juan de los Rios, del or–
den de
la
merced, tiene la doctrina de Pi–
tambalá, en el distrito de Santiago del Es–
tero ... '' (:xxn).
En 1642 poseía la encomienda de Pitam–
balá D. Juan de Lugones (Rev. del Arch.
t. VII, NQ 13, año
~927).
En el expediente del año 1654 del Archi–
vo de Indias, el Capitán Luis Vázquez To–
var, vecino de Santiago del Estero, solicita
confirmación de la encomienda de indios
y
pueblo de Pitambalá
y
sus anexos
(1v).
En 1715 un testigo declarando en Pitam–
balá hace mención de los pueblos. de Lasco
y Alagastiné.
En el Acta del Cabildo de Santiago del
Estero del 21 de marzo de 1734 se lee: ''El
segundo el Pueblo de Inquiliguala con el
depitambalta con arcos". Se trataba de la
orden de conmemorar el día de Corpus so–
lemnemente.
En 1737 el Cabildo de Santiago ordena
levantar altares en el pueblo de Pitambalá.
(Actas Capitula.res).
El 5 de febrero de 1739, p;ira la rendi–
ción de cuenta de un tributario, se dice=
"D. Antonio de Vasconcelos me respondió
en Pitambalá, adonde lo hallé muy enfer–
mo en la cama,
y
que sus achaques lo habían
puesto de suerte que no podía por el pre–
sente pagar"
(~vrn)
(1) .
(1)
En 1745 D. Juan Joseph Bravo de Zamora
era vecino encomendero del Pueblo de Pitambalá
y
en el padrón levantado en 1748 se consigna "que
lo gobemaiba D. Ignacio Imún cacique principal
casado con Doña Isabel (II). Este topónimo fi–
gÜra también en el Archivo de la Provincia en el
leg. 34, exp. 82
y
en el leg. 2, prot. 2,
fol.
109
y
IIÍ. En agosto de 1855 en viaje a Santiago
para explorar el Río Salado, el comodoro
TOMÁS