Table of Contents Table of Contents
Previous Page  202 / 228 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 202 / 228 Next Page
Page Background

-1&4-

Todos miraron

al

Üustre

caudillo, que,

a pesar de su

ju–

ventud, había desempeñado

em–

bajadas difícileE; saliendo airoso

en todas ellas.

Efectivamente, todos habían

pensado ya. en

él.

.

Fino, elegante,

inteligente i

audaz, su prudencia e1a tal, que

en las

grandes

dificultades, el

Consejo le consultaba i aceptaba

de plano sus atrevidas resolucio-

nes.

Escojerás mis nobles más

prudentes,· dijo Huáskar,· i pár–

l

irás con el!oc mañana muí tem–

prano. Que el Sol, mi Padre, te

ben.diga,

te dé buen sueño i a–

lumbre

tu camino

i tu corazón

con todo su amor.

Con tales palabras despidió

tol Emperador al más alto emba·

jador de Tahuantinsuyu.

Kéhuar

Kur~

le reverenció

noblemente, despidiéndose de él.

Por sus

nervios subía ex–

traña i lírica emoción.

Por vez única en su vida,

iba a cargarse con una respon–

f.abil'dad

terrible, oscura

i

ex–

trahumana,

pues de

rus labios

pendía la suerte de Tahuantin–

suyu.

Los nobles fueron saliendo.

Estaban también vir.iblemente e–

moc!onados.

Ya en el patio,

rodearon a

Kéhuar, i le colmaron de bendi–

ciones i ·de los más felices augu–

riofl

en su viaje,

i en la misión

terrib1e

i fatal

que

llevaba a

los confines del Imperio.

-Qué Uirakocha ponga· err

tus labios

la sab.duría con que

venzas a los blancos, i te regre·

at. triunfante a nuestro lado,· le

dijo cariñosamente Manku.

-Llevas toda

nuestra

fe

i

eres

la

esperanza del Imperio,·

dijo Kúntur Sahui

al

abrazarlo.

La

vida,

e]

poder, i en

fin

los siglas de heroísmos

i

de g}o–

úas de aquella Raza gigantesca,

~e

iban a ju.gar muí pronto, en•

frentando al coloso kechua, pre·

dilecto Hijo

del Sol,

con esos

&éres extraños., mezcla de ultrate–

rrenos

i

de ladrones vulgares.

Tahuantinsuyu, Kosko, Ko–

rikancha, ¡su Dios

i

su Hogar

1

. .... No consentirían nunca en

que los hollaran aquellos extran–

jNosl

Sus arrogancias de

lnkas,

de amos

i señores del mundo,

brotaron de repente; encend:·e–

ron su sangre brava,

i su cora–

zón se agigantó como en tus más

grandes días de heroísmo3 i de

glorias.

1 de sus pechos comenzó a

fluir

eJ

majestuoso Himno da Jos

t-:mperadores,

como

cuando se

sentían bravos en el

fragor de

las batallas.

Aquel Himno subió a los

cielos como · un incienso e hizo

retumbar la. tierra como un terri–

ble grito de guerra.

Huáskar apareció en la puer–

ta de la

sala

imperial, como una

verdadera divinidad.

' Aque!lla Corte

fas~os

a, \-

¡

más fantástica de

la

tierra,

ex.ha

:

ló un murmullo incontenibl

e; que

se fue extendiendo por los ámbi

tos de Kosko, subió por las la·

deras, i llegó a la Fortalez.1,

.~u­

ya guam1c1on

también hizo·

r~ ,

temblar la tierra con su murmu-