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hech6 sino imitar al hombre.

Cuando

y.o

.era joven

y

fuerte,

cuidaba ·el campo de mi amo, quien me alimentaba bien;

pel'íó cuando empecé a envej ec·er y mis colmrillos ya- débiles

-

no podían morder a los ladrones, me echó de su casa. Mi

am~o

hizo como tú: pagó ·el bien .con el ·mal.

-Bu:squemo~

otro juez -dijo el indio.

-Bien

~oneed'ió

la.serpi·ente-, pero será el Último.

·Caminaron un poco más

y

encontraron a un zorro, quien

es~uchó

.a ambos querellantes.

-Par~a ~mitir

una justa sren-tenci.a -opinó-, hay que

· reconstituir la esc-ena

~en

el mismo sitio. . .

Cuando llegaron allí, la serpi·ente .se tendió en el suelo,

er indio volvió a ponerle encima el tronco de árbol

y

ésta

preguntó:

-Y bi-en,

zor~o,

¿cuál

~es

tu ver1edicto?

El astuto animal miró al indio, que permaneeía

sin

hacer el menor movimiento, y _le preguntó:

-Y tú, ¿qué esperas para despedazar la .Cabeza de esta

ingrata?

El zorro

y

el

huaychao

Hace muchos,

pe.ro

mucho~

años, el zorro tenía -eJ ho–

·cico muy pequeñito. Un día que se paseaba por el campo

divisó un huaychao (e5pecie de tórtola) que

·es~taba

cantan–

do ·en la cima de una ·coliha. Era menudito como un .zorzal

con plumaje ce.niciento y la cola blanca.

EL

zorro se detuv-o llenó- ·de admiración a la vista del

largo pico del av·e, con el que emitía tan hermosos sonidos.

-¡Amigo huaychao

-~exclam.ó-,

qué magníftca flauta

pose·es y qué bien tocas! ¿·No quisi-eras prestárm·ela un mo–

mentito? Yo te la cuidaría mucho.

La tórtola, primero 1Se negó rotundamen.t·é; pero el zorro

insistió tanto y tanto aduló, que al fin ·el ave

s·e

sacó el

pie~,

que

~ra

desmontable, y se lo entregó, Tecomendándole que

debía coserse el hocico para achicarlo otro poco

y

así adap–

tarlo m·ejor al instru1nento.

Así lo hizo el zorro con una ·espina

y

una hebra de

agave, y al cabo de un instante pudo so¡plar por el pico

del huaychao y cantar tan bien como él..

Después de algunos minutos, el pájaro -rechtmó su pico;

pero su amigo continuaba embel!esado con la m·elodía y no

quiso devolvérselo.

-Entrégamefo ahora mismo -instaba el pájaro-. Vas

-

.

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