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- ¡Te

lo prometo!

-Bueno; pero es

ne~esario

que me entregues ·en el

a~to

medio sa·co, porque estoy desfallec·ido de hambre; después

del desayuno, me ' pondré inmediatamente en movimiento.

En efecto, después que hu,bo comido se dirigió directa–

roente ha·cia la guarida de los ·zorros. Allí

se

echó a la en–

trada y empezó

~

te·mblar y a gemir;. por último,

perma.ne

ció inmóvH como un mu,erto.

. Los dañinos anima'res le acechaban desde ·el fondo de

, ,

la gruta, pero sin atreverse a -acerearse. Viendo que ya no

se movía, cobraron ánimos, salieron de su 'escondrijo y, ayu–

dándose con sus colmillos, trataran de arrastrarlo haci-a el

int·eriÓr; pero sus mandíbulas ·eran débiles y ·el asno muy

pesado. Entonces se consultaron entre ellos y decidieron

amarrarlo con las correas . por el cuello, las patas y cola,

a fin de engancharlo y tirar con más facilidad.

El asno, con los ojos cerrados, se r·eía para_su capote, y

apenas los zo-rros terminaron de- aj u.starle la última de las

doce correas, de un sa-lto se puso en pie, los dispersó a coces

y partió a todo galope hacia el lugar donde el indio le

es–

peraba. Este, lleno de gozo, desató las correas, entr·egó al

..asno los sacos convenidos y

a

toda prisa continuó su cami–

no hacia el mere·a;do.

Esto

nos

enseña que hay que aYU"darse mutuamente

y

que

los

malhechores .son castigados tarde o temprano.

El indio

y

la boa

/

En ci-erta ocasión, un indio encontró en el camino que '

conduce a la selva un gran tronco de árbbl derribado sobre

una boa .amarHla · con manchas negras. L•a serpi•en

te

no po–

día hacer movim'iento alguno y sus ojillos brillantes implo–

raban .Sooe-orr6. Apiadado el hombre, levantó el tronco

y

li–

bertó a la bestia; pero ésta s-e repl·egó sobre sí misma, irguió

la .cabeza

y

silbó:

-¡Te.ngo hambre _y voy a comerte!

---.No

, no -protestó el pobre indio-. Sería devolver mal

por blen. .Busquemos un árbitro

y

él

n~s

dirá si esto puede

permitirse.

,

-Sea -asintió

1

1a s·erpiente.

Y ambos continuaron el · camino.

Encontraron un perJJo, a qulen enteraron del asunto.

~erpiente

-declaró éste-;

~o

te c<;>ndeno.

no has

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