nas de fuego, me estoy abrasando horriblem·ente. · ¡Ojalá
fuera de madera todo mi ·ooerpo
y
así ya estaría convertido -
en cenizas! . . .
"
"¡Vos, que habitáis aún sobre la ti-erra; vosotros, mis pa- ·
rientes y
mis
amigos, considerad mi martirio
y,
por piedad,
no me olvidéis! Vo:sotros, todos los que me habéis amado:
padre, madre, hijos, haced celebrar misas ·en sufragio de
mi alma. . . No olvidéis mis sufrimi·entos. ¡Ah, cuánto su–
fro ! ·¡Qué inm·ensas llamas! ...
"Es dema:.siado. Ya no puedo soportarlo más.
·
"Os conj ufo a que acudáis
ha~ia
mí y con agua bendita
;
en vuestras manos tratéis de apagar este fuego que m·e está
consumi-endo.
.
'
' ~Compadre
y comadre, vosotros que m.e decíais con
tan- ~
ta g·entileza: "
1
00med y bebed con nosotros", ¿por qué me
olvidáis ahora que padezco hambre
y
.sed, en meclio de esta
hoguera? ... " ·
*
Existe aún otro aspe.cto de la m·entalidad quichua, mani–
festado a través de las fábulas que·'"se cuentan entre e1los
durante las veladas campesinas mientras los caballos, burros
y llamas pac-en al claro de la luna. Estas fábulas son, unas
veces, llenas de malicia,
y,
otras, imbuidas de · sabia mora–
lidad; pero ltC)s personajoes puestos en acción son casi siem-
_,
.
pre
~os
mismos, por lo que estos apólogos a menudo se tor-
nan monótonos y fastidiosos. Oasi · siempre el héroe es el
zorro y, generalmente, es también qui-en desempeña el pa–
pel de villano.
El puma
y
el zorro
Un puma
1
cazó una llama
y
la devoró. Cuando estuvo
repleto, enterró
los restos
para t·erminar de yantárselos a la
hora -de comida; pero sucedió que un zorro estaba acechán–
dolo,
y
apenas
~qué!
se
fué, desenterró la carne
y
s~-·- comió
hasta el último huesito.
A la c.aída -d,el sol, volvió la
fH~·r.a,
y
v.i~endo
su despensa
vacía, montó en cólera
y
siguió la pista al ladrón. Vagaba
al azar, cuando divisó a un zorro dormido; para interro–
garlo debería despertarlo suavemente. Fabricó un ·pincel con
briznas de hierba
y
con él hizo cosquillas..en el hocico del
dormilón.
E~
zorro creyó que se trataba de unas cuantas
mos-cas
y,
sin abrir
los
ojos,
se
pase? la cola por la nariz, al
mismo tiempo que exclamaba con ac-ento satisfe,cho:
375