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_.

en ·es·cena una pro.cesión, con el ·estandarte d·e

la

Virgen

a

la

cabeza, a la vista del cual los .diablos huyen espantados. Un

ángel desciende del cielo, proclamando eJ poder de María

para salvar a los ·pecador·es.

*

\

·El

~período

actual, aparte de dos .dramas bastante

l~rgos,

no comprende sino ocho espe·cies de poesías cortas sobre

los más variados asuntos: amor, trabajo, festividades dive-r–

sas, cantos, .bailes; fune.rales, etc., lo que ya hemDs visto en

Ios yaravíes citados anteriorm·ent.e.

A continuación insertamos una poesía lírica de mayor

áliento:

~

·

"Un indígena que no ha podido pagat las· deudas con–

traídas con su amo

es

d~spiadadamen

te a·rroj ado de su cho–

za. El de.sgra.c.iado indio se dirige al atardec·er · hacia una

roca de las proximidades y, sentado allí, empieza a lam·en-

ta:rs.e:

·

·

·

"¡ .rOh; mi querido hogar!, te dejo para ir a morir lejos;

voy lejos, muy lejos de aquí, para vivir en adelante ·en otros

lugares; sin embargo, ningún cariñ.o en ·el mundo podrá

igualar a este que

yo

si·ento por

ti.

"Aquí _dejo a mi esposa, a mis hijos y abandono a. mis

amigos, para hundirme ·en la noche iluminada pcrr la luna.

"La débil paloma perseguida por ·el cruel halcón huye

hacta el otro lado de las montañas,

y

allí eri·cuentra seguro

asilo entre las

esca~padas

rocas.: así también m-e alejo yo,

huyendo de mi poderoso enemigo, yo que soy· un ser débil,

.sin recursos, solamente ·embargado por profunda tristeza ...

. "Pos·eía mi cabaña, único bien que me había dado el

ci·elo; pero

este.

hombre

m~alvado

.Y

coditcioso m·e

~espojó

de

ella ,para

siempr~e.

"Mi.. hogar es ahora su hogar..Mis tierras son sus tie–

rras ... Y yo, como los matorral·es de las montañas, per–

manezco solo y ini.serable, bajo la luz de las

estr~enas.

· ·"Mi htj a ha sucumb1do abrum3Jda por el mal que nos ha

hecpo

~st·e

verdugo sin entrañas. Más bi·en él me hubiera

arran·cado

el

oor~azón.

Yo mismo le h.a·bría 'ofrecido mi cu–

chil1o.

"En

vano imploré su piedad: arrodillado y hun'filde, con

los brazos ·ext·endidos y los ojos arrasados en lágrimas.

~

.

Pero un día llegará en que

Dios

-y de su justicia lo espero-

nos hará iguales a los dos.

Entretant~

a El le encomi·endo

mi esposa, único tesoro que a-un me queda en_,el

mundo~

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