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respe·ctivos amigos
vue~lan
a def-enderlos e inmediatamente
la riñ.a .se generaliza. Todos se go¡pean, aunque sin furor.
Désgraeiado de aquel que intentas·e intervenir. Los dos ban–
dos se unirían contra él,
y
S'eguramente no
saldr~a
ileso de ·
la refriega.
La causa principal de sus rencores
y
disput,as es la mul–
tiplicación de sus :J}ecíprocos hurtos dé cer·eale.s y
animales~
He aqui un hecho que se repite diariam·ente:
Una pequeñ.a propietaria tiene cinco corderos; suc·ede
que tres le .son hurtados. ¿Quién es ·el ladrón? La india,
se
encarga ·eUa misma de la investigación. D·eshecha en lágri–
mas, va a con'bar
su
desgracia a
los
vecinos, pero a través
de sus lágrimas ·ella espía atentamente 1a expresión de los
-rostros de- aquellos a quienes comunica la noticia; de este
modo piensa descubrir la inocencia o alguna señal de ·cul–
pabilidad en sus entrevistados.
. Si no saca. nada en limpio de este examen fisonómico,
la astuta mu}er busca y examina los ·rastros de los anima ...
les robados, los reconoce
y
los sigue, desde ·el lugar del rapto,
por los caminos, los senderos y los páramos del altiplano.
Una semana, un
mes
o más de búsquedas y decepciones no
la desaniman.
·
Cuando por fin encuentra los animales, no se crea que
se apodera de ellos inmediatam·ente: ·espe;ra una o-casión fa–
vorable
y
a escondidas los reúne y los arrea. Pero si
de~cu
bre que_se les ha muerto, vendido o conducido a· otra parte,
la muj-er regresa a sü choza y confía a un pariente u ·· otro .
cómplice la tar·ea de procurarle unq legítima compensación.
Nada 'de ·procesos ni injurias; el ·compadre apUca simple-
mente la ley '(iel talión. Be apodera de un número igual o
ligeramente superior de animales pertenecientes al primer
ladrón, y con esto
se
termina el asunto, pue:s, habi-endo com–
prendido el primer culpable que su
.e~amoteó
no pasó inad–
vertido
y
ya no es un secreto, se guarda bien de reclamar.
•
1
Si él mismo y la ofendida
se
encuentran en el camino o
en una fiesta, una sonrisa cambiada les da a entender rá-
•
.
1
-
p1damente que todo se sabe y todo S'e ha olvidado .... hasta
otra oportunidad.
Sin embargo,. ·en .otros lugares las cosas van-- más lejos.
En la provin-cia de Tayaoaja, por ejemplo, el indio que ·no
logra descubrir a los ladrones de
sus
co:sechas o bestias,
recurre al "ucuiya", tronco . cualquiera de la selva, m·edio
podrido ya
y
lleno de lombrices y larvas de inse-ctos.. Estas
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