"¡Ah! Sl fuese yo un c-errníca1o, -
pasaría de un: solo
vuelo -
pn.r sobre las cimas, -
y
con dulce voz diría: No
llores ya, mi blen amada.
"Si fuese yo ún halcón, - me lanzaría al ·espacio, -
y
desde lo alto de las nubes, gritaría: No llqr€s ya, mi ·bien
amada."
·
He aquí otro. Separado del objeto de su ternura, el
indio modula
y
canta su pena inconsolable:
_
"¡_,Como la niña de mis ojos -
la quería yo, mi. prefe–
rida! -Pero de pronto desapareció,- cuando la Henaba. .de
carfcias. -_ D-ectdme, por favor, -
¿por dónde &e marchó?
- Y la huella de s:us pies, -besándolas, las .seguiré. -
¡Tú
qüe serpenteas de aldea en alde,a, -
Apurímac, rio gran–
dioso, -
aumenta a:ún tu caudal -
con el torrente de mis
lágrimas! -
¡Hazte infranqueable de este modo, -y detén
a mi bien amada!
,
"Y tú, ágil halcón, -
présta~e
tus alas poderosas. -
:Planeando en lo más alto, -
a~caso
la descubra mi vista. -
)
Y tú, mago que lanzas la lluvia, -
como las lágrimas mis
ojos, .-
oscurece el cielo, desvíalá del camino. -
Entonces
ella se detendrá y yo la alcanzaré. -
Y tú, mientras ella
reposa, -
árbol frondoso, defiende ·a mi bien· amada, -
· del
agua
y
étl calor. -
¡Ah, que no pueda yo ser este árbol!"
_Un tercero teme la inconstancia de su amiga y mani–
fiesta su inquietug:
·"Acaso ·en tu ca·mino se cruce- aquella que yo amo.- ·
Tráeia.contigo, -
tal co;mo la encuentres; -
y repít·ele mis
arrullos.
"¿'Por qué la conocí? -
Sólo ha traído amarguras a mi
corazón. -
Luc-er.o de l1a mañana, la luz de tus ojos me dic-e
-
que la llama de sus miradas ya no es pa:rra mi.
"Arbol de inquieto y fr·e:sco follaje·, -
tú, a quien juntos
cuidamos, -
¿sobre quién extend€'rás ahora tus ramas? -
i
f,:y! Acaso
.a
otro des ahora tu sombra,, -
desphés de ha–
berte yo regado con mis lágrimas."
Más desgraciado, otro pinta en una alegoría su deses–
peración a causa de la infi-el que lo ha ábandonado:
"Había descubierto una tierna paiom:ita, -
sin plumas
aún en su viejo nido; -
todavía no despuntaban siquiera '
sus alas.
"P·ero en cuanto aprendió a volar, -
peor que un ·gavi–
lán de duro corazón, -
se marchó y me 9lvida ahora bajo·
otro
tec~o.
Sol.- 16
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