Table of Contents Table of Contents
Previous Page  253 / 430 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 253 / 430 Next Page
Page Background

el Instrumento de la. justicia.

De

un tirón la

~anzó

por tie–

rra,

y,

aeercándole al rostro su horrible trofeo, ·exclamó e11

tono iracundo

y

salvaje:

-¡Ma

1

la htja! ¡Besa a -t·u am·runte, a aquel que, ·por ibu ·

causa, atornl'entó a mi madre

y

me

h~rió

como a un co–

·barde! ¡Bésalo,

y

ve

lo

que he hecho con él! ... ¡Aho:ra te

toca a ti!

Y cortándole la

·cabe~a

también,

~·e

las nevó a·mbas a

su

cho~a,

para mejor saborear allá su venganza.

·

De tarde, en

tarde~

el corazón del quichua se abre a los

.sentimientos más ·bár'ba:ros;

~en .

cuánto a su se.nsi1bilidad

or~

dinaria, rápidamente

y

a m·enudo s·e eleva a un estado· agu–

do. Una , agresión, una ' amenaza, un simple insulto, lo in–

f1am.an

de pronto ,qomo la. pólvo:ra

y

pro:voc.an

en él las más . ·

violentas respuestas. ·

Además, estos ·estallidos de cólera

se

producen a veces

a éausa de ·extrañas r·eminiscencias. Sd. de pronto vuelve a

la memoria del quichua el

r·e~cuerdo

de un ultraje largo

tiemp·o olvidado

y

que no

ha

sido reparado, el indio se acalora

bruscamente, como si acabara de ser ofendido,

y

toma sus

represalias al punto

y

·con r·econc·entrado furor.

Detalle más curioso aún: este inopinado

r·esurgimi~to

de las injurias

olvidada~

se le p.resenta en una forma más

c1ara, impetuosa e irresistibLe cuando se encu.entra en ·esta–

do de eb-ri,edad. Se ag.i'tan sus instintos bestiales

y

cobran ex–

traordin~ria

viv·eza; empapado ·en vapo.res de alcohol, su ce–

rebro conservá. una perv·ersa lucidez. Solo o 'COn sus com..;.

pañeros de farra, elabora sus planes de

vendetta,

y

quedan

éstos tan gratbados ·en su mente entorpecida, que una vez

·(iesvan·ecidos los ·ef·ectos del 'alcohol ltOs recuerda claramente

y

1oiS rea.liza

.a

sangre fría, ctOmo si con e1lo cumpliera con

un deber.

*

Pero el corazón

dre~

qui·chua permane·ce, por sobre todo,

indio en todas sus fibras, fiel al pasado, adicto a las cos..

tumbres e inclina;ciones de su raza. En e1 fondo, hasta les

propios mestizos son más aborígenes qué civiliz8!dos; su san–

gre conserva los gérmenes d·e la vida primitiva; su corazón

y

su .espíritu descubren, en los detalles de su existencia, las

ideas

y

los .sentimientos d·e

s,us

antepasados. Las cosas mo–

dernas, tanto ·como aquellas llevadas por los usurpadores

de la tierra incaica, los dejan indife·rentes, fríos como el

granito de sus abruptas cifnas.

248

'

'