conocido para él hasta entonces?
Pues
el quichua manda
buscar, cuando no pJede ir él mismo, un poco de óleo" de
la lámpara
~ucarística
en tres iglesias distintas; el aceite de
una .sola iglesia
s~eria
ineficaz; el de dos, bien dudoso. Con–
vencido de la triple procedencia del Uquido, lo vi-erte en sus
infusiones de hierbas medicinales y no dúda del ·éxito.
1Ciuando el sacerdoté administra
la
·extremaunción a un
indio consci-ente de la gravedad de su caso, éste exige algu–
nas gotas ·del .óleo consagrado para mezclarlo a sus tisanas.
Aun más.; aquel que sufre del corazón lo atribuye, general–
.mente, a un sortilegio o un exceso de amor. Entonces pide
con importuna insistencia que se le dé el a,gua con que se
ha purificado ·el cáliz de la misa, y no comprende que se le
renuse.
r
*
..
Según los dogmas de la religión
incai~a,
los antiguos qui–
chuas encontraban en la 'luna la ·pres:erva,ción de todo mal.
La
fi~esta
·equinoccial de stepti·embre en honor de la Reina Luz
se
realizaba a este efecto.
.
La víspera, la nación entera s.e so1netía a un .severo
ayuno;_sólo se permitia comer algunos gl'lanos de maíz
y
un
poco de agua en una ligera colación. Por l.a noche, cada
familia preparaba el
zancou,
harina de m·aíz cocida en agua
limpi~
hasta reducirla· a pasta. En ·este momento, el jefe
-- del hogar hacía una
~ncisión
en la nariz,
~entre
las
c~ejas,
a
sus 'hijos más jóvenes,
y
mezclaba a la maza.morra esta san–
gre, tibia .aún, que la vivificaba.
·Al amanecer del día solemne, todos se la
V
aban cuida–
dosam·ente de pies a cabeza, en seguida se untaban el cuer?'
po con la po·mada de mafz
y
sangre; de ·este modo se in–
munizaban contra todos los gérm·enes epidémicos
y
causas
de enfermedad.
H·echo esto, el más anciano
y
digno de los miembros de
la famil'ia frotaba ·con los restos,del ungüento ensangrentado
el dintel
y
el quicio de la puerta de entrada, como testi–
monio público de la purificación de los ha;bi ta_n tes de la casa.
Esta
ceremonia nos
tra~e
a la m·emoria el recuerdo bíblico
de los hebreos
eh
Egipto, marcando sus puertas con la sa:n–
gre de un cor-dero, a fin de
alej.arlos golpes del ángel e'x–
termihador.
He aquí el hecho. Antes .(le salir la luna en
~el
cielo del
Cuzco, el inca y el
coleg.iosacerdota.l se dirigen al
t~em.plo
de Coricancha, a fin de aguardar orando la aparición del
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