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EL CATARRO
La sola enunciación de la palabra sugiere ya en el espíritu del
pueblo la naturaleza de la enfermedad. P;ero suelen agregarse otras
voces que aclaran más el concepto, si aclararlo cabe. Por eso
es
frecuente decir: ''catarro del pecho''.
Para esta enfermedad tan común la gente emplea, en realidad,
pocos simples, aparte de las friegas y cataplasmas clásicas, que se
dan a troche y .moche.
Usan preferentemente y en todos los casos, sin excepción "el
té de tala", edulcorado con "miel de palo". En lo que no se ponen
de acuerdo es en cuanto a la variedad empleada. Unos aconsejan
la ''tala'' común (Celtis sellowiana), otros, la ''tala pishpita (Cel..
tis chichafe) o la "tala trepadora (Celtis tala)". Muy pocos pre–
conizan el "cardo santo" que goza en el Perú de gran predica..
mento. El ''cardo santo (Argemone mexicana) ' ' es en efecto
muy
empleado eri Ar u1pa, <lonae se
conoce ·con el nombre ,de ''yerbá
bendita'', usán ose
infusión de
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LA CEGUERA
Múltiples son las causas de la ceguera entre nosotros, pero las más
comunes se reclutan entre las ·enfermedades infecciosas: la viruela
y
el tracoma. En el pasado siglo, la primera hizo estragos entre las
poblaciones campesinas y todavía nos es dado observar esos ancianos
de ojos vaciados que se ganan el sustento con el harpa, la guitarra
y el violín. El tracoma es más reciente y ha sido la causa casi ex..
elusiva de la ceguera en el actual siglo a favor de la inmigración
'árabe que afluyó en gran cantidad a esta provincia. Sea una u otra
la causa lo cierto es que hay un buen porcentaje de ciegos
y
que e-lloshan apelado infructuosamente a gran número de remedios divers.os,.
preconizados para esta clase de mal.
Entre los remedios populares, de carácter mágico, se encuentra
la terapéutica simpática o analógica que emplea el humor vítreo.