d una p queña ali nc1a acum· ada. Di ha aliencia, a m di
a
u
tra
urre
l ti m
lana
or
í decirlo adoptando
l
ipo
d pápula li a.
in a a
d
la e ce i a hiperg'n
is
elular
1
uperficie
aari ta
mejando entone
un pequeño tumor ur-
d
trías radiada .
El ''cadillo'' e cura atrave ando su raíz con un alfiler por
di tinto punto
a fin
e cortar la base de implantació
dérmica
(l
cavando circularmente dicha ba e ha ta que sólo quede prendido
ue la raíz, la que arranca con un O'Olpe de uña, poniendo a conti–
nuación "un grano de sal que se sujeta con un trapo".
EL CALAMBRE
¿Qui 'n no ha sentido o tenido un ''calambre'', esa sensación
entre dolor y amortiguamiento, producida unas veces por la isque–
mia parcial o total y otras, simplemente, por una causa
nervios&-~
Cuando el "calambre" asienta en el estómago, su causa puede
ser una hipersecr
Ion gas rica per anente o transitoria o también
una contractura
p
ódica de sus
'
e}
•
Para los "ca am
n las
friegas con toda el
de estómago lo
comultífidum) '',
' 'boca del estóm
LOS CALLOS
¿Necesitamos hacer un comentario acerca de tan difundido mal?
No, no gastemos el tiempo que es poco el que alcanza para la revi–
sión de su terapéutica. Mas, cabe hacer notar que la gente, al refe–
rirse a dicho mal, no alude a los ''callos'' del pie, enfermedad de
las ciudades, sino a los de la mano, sencillamente porque el pueblo
nunca calzó borceguíes o zapatos
y
sí, trabajó mucho con sus no-
bles rudas
y
generosas manos.
Da muy buenos resultados para este mal la aplicación de ''un
parchi de cera amarilla, si es del oído, mejor'' (
1 )
sobre el callo, o
(1)
''Muele un poco de alcanfor, otro tanto de cal viva, y échalo en aceite
rosado, haz ungüento de ello, escarbas el callo
o
berruga con la punta de un
cuchillo
y
unta todas las noches con este ungüento. Otro: Lavarse los pies con
agua
caliente
y
después ponerse un
parchec~to
de cera amarilla
y
al siguiente
día lo sacarás"
(MANOOUTT,
o
b.
oit.)
.