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Don Juan
M.
C-y.adros, por su parte, nos cuenta que en Arequi–
pa, Perú, curan las "almorranas" con el "mactello" (Hydrocotile'
umbellata), semejante a nuestra "oreja de agua", el cual -dice–
posee un principio amargo y un mucílago (''Folklore botánico me–
dicinal arequipeño' ',
1940)
(
1 ).
LAS AMPOLLAS
Las ''ampollas'' y las diversas afecciones vesicantes de la piel,
por lo general son curadas con baños. Algunas personas acostum.
bran vaciar · previamente las vesículas de la serosidad o pus que
contienen, ' ''pinchándolas'' con una espina de quimil (Opuntia qui–
milo) ''.
Evacuado el con tenido se procede a dar baños de "salmuera"
o de "vinagre con agua", aplicando en ciertos casos apósitos hú–
medos permanentes. Pero es también común el uso de baños con
''agua de palo 'i misto
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mistol) y sacha porotillo (
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con los que se o tienen buenos res lt do . E
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El embarazo y el parto no serían más de lo que son sin el pe–
ligro del "antojo", esa malhadada ocurrencia de las mujeres en
cinta que desean cosas imposibles, precisamente en los momentos
más difíciles, no sólo porque sacan de quicio a los maridos, tan có–
modos, de nuestra campaña, aunque ''embarazados'' naturalmente
por el terrible acontecimiento de la paternidad futura, cuanto por
la idea de que si no son atendidas en sus requerimientos padecerán
los hijos los efectos del deseo insatisfecho. Y hay que ver el empeño
trágico de esos hombres humildes, por lo general irresponsables,
cuando han de cargar con la tremenda responsabilidad ante el pú-
(1) En este mismo libro se dice que el "mactello" cura el mal olor
y
las
ampolladuras del pie, las cefalalgias (hojas ' ' mortajadas'' en la frente), las
n-euralgias, las fiebres, el ''chichón'' o golpe (hojas golpeadas
e~tre
las manos
y
rociadas con alcohol), el dolor de vejiga
y
los granos.
.