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relicarios o pequeñas bolsitas con diversos objetos que cosen entre
las ropas.
.
En cuanto a las ''manillas de cuero de pichi'', debemos agregar
que deben ser prolija y esmeradamente trenzadas y su grosor no más
de un centímetro para que ''surtan'' efecto.
Hay una clase de "aire", que llaman del rayo, que proviene
de la idea de que las cosas tocadas por este meteoro comunican una
•
1
suerte de enfermedad muy grave, caracterizada por parálisis, a los
que osan tener contacto con ellas. Y es frecuente en la vida del
hachero encontrarse con árboles mutilados por la centella, de buena.
madera y por añadidura seca, que debe aprovecharse. En esos ca–
sos, la prevención contra el ''aire del rayo'' es la regla, y la cere–
monia consiste en "hacer una cruz al palo, rezar y dejarlo
tres
días
(uno de los numerales cabalísticos), al cabo de los cuales reelén
debe cortarlo" (
1 ).
El ''aire'', cuando se acompaña de dolor de cabeza, suele cu–
rarse "mojando la corona del enfermo con agua de molle y sahu–
mándolo luego n l).ojas de saivi (Salvia illiesii). En Arequipa,
Perú, al "mal "re' lo curan con
•.
•
le. ·
Usan tambi n '
de
1
lis) y
copa! (Humon ea
) '
doloridas
' '
c~ltaplasmas
d ceniza cali
Para el "a· e
"sinapis-
mos de ají de
i
molido, y
atados sobre la nuca". El "a
·í
monte'' goza de propiedades
rubefacientes y congestivas, de modo que su aplicación en forma
de emplasto obra cGmo descongestionante cerebral y por consiguiente
como calmante.
LA ALMORRANA
1
Cada día son más frecuentes las hemorroides o ''almorranas''.
En un proceso célebre por adulterio y hechicería que se siguió en
esta ciudad contra la india Pascuala, de la localidad de Asogasta,
en 1728 (Leg. 9, Exp. 72, del Archivo de la Provincia) se encuentra .
ya la palabra ''almorrana'' claramente especificada:
' 'y
dixo que
(1) La supet:stici6n .enseña además que en el aire
atmosféri~
suele encon–
trarse el demonio o ' ' supay' ' y en especial en el Tenlolino, siendo frecuente
gritar en esos casos, poniendo los dedos en cruz: ' ' m;uz, cruz, diablo''. En Bolivia
se en-cuentra todavía el mito del ' ' huaira' '.