Table of Contents Table of Contents
Previous Page  81 / 444 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 81 / 444 Next Page
Page Background

77

relicarios o pequeñas bolsitas con diversos objetos que cosen entre

las ropas.

.

En cuanto a las ''manillas de cuero de pichi'', debemos agregar

que deben ser prolija y esmeradamente trenzadas y su grosor no más

de un centímetro para que ''surtan'' efecto.

Hay una clase de "aire", que llaman del rayo, que proviene

de la idea de que las cosas tocadas por este meteoro comunican una

1

suerte de enfermedad muy grave, caracterizada por parálisis, a los

que osan tener contacto con ellas. Y es frecuente en la vida del

hachero encontrarse con árboles mutilados por la centella, de buena.

madera y por añadidura seca, que debe aprovecharse. En esos ca–

sos, la prevención contra el ''aire del rayo'' es la regla, y la cere–

monia consiste en "hacer una cruz al palo, rezar y dejarlo

tres

días

(uno de los numerales cabalísticos), al cabo de los cuales reelén

debe cortarlo" (

1 ).

El ''aire'', cuando se acompaña de dolor de cabeza, suele cu–

rarse "mojando la corona del enfermo con agua de molle y sahu–

mándolo luego n l).ojas de saivi (Salvia illiesii). En Arequipa,

Perú, al "mal "re' lo curan con

•.

le. ·

Usan tambi n '

de

1

lis) y

copa! (Humon ea

) '

doloridas

' '

c~ltaplasmas

d ceniza cali

Para el "a· e

"sinapis-

mos de ají de

i

molido, y

atados sobre la nuca". El "a

·í

monte'' goza de propiedades

rubefacientes y congestivas, de modo que su aplicación en forma

de emplasto obra cGmo descongestionante cerebral y por consiguiente

como calmante.

LA ALMORRANA

1

Cada día son más frecuentes las hemorroides o ''almorranas''.

En un proceso célebre por adulterio y hechicería que se siguió en

esta ciudad contra la india Pascuala, de la localidad de Asogasta,

en 1728 (Leg. 9, Exp. 72, del Archivo de la Provincia) se encuentra .

ya la palabra ''almorrana'' claramente especificada:

' 'y

dixo que

(1) La supet:stici6n .enseña además que en el aire

atmosféri~

suele encon–

trarse el demonio o ' ' supay' ' y en especial en el Tenlolino, siendo frecuente

gritar en esos casos, poniendo los dedos en cruz: ' ' m;uz, cruz, diablo''. En Bolivia

se en-cuentra todavía el mito del ' ' huaira' '.