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EL AIRE
Con este nombre -o el de "huaira", que en quichua significa:
aire-, se designa a un cierto número de afecciones de la más variada
etiología, pero que presentan de común el comienzo súbito incrimi–
nado al aire y la naturaleza indeterminada del proceso
~orboso.
· Es como se ve, un término genérico, de causa
y
responde
a~plia-
·
mente a la terminología sintética popular.
''Aire'' o ' ' huaira'' se llama a la parálisis, mialgia, tortícolis,
inflamación de los ojos, dermatitis, reumatismo, como también a
ciertas enfermedades eonsuntivas que terminan con incapacidad o
insuficiencia orgánica, parcial o total, razón P.or la cual suele de–
cirse de los "'tullidos" que "les ha dao el aire" o "están enfermos
del aire''.
Cuando la causa del mal
apar~ee
de un modo más claro, segura
o aparentemente, suele agregarse el nombre de dicha causa, por
ejemplo: "air aei queliraclio ', n los casos de "páaj", en que el
quebracho col rad constituye su
,
e
t
•
o
'ai
e
e la lan-
gosta", cuando la
es
tw '
a
~ manga'~
de ellas. El té mi
e a mentar
la influencia
el
aire de las
cosas que nos ro
en el espíritu
del mal
~
por t
's era malsana
o perjudicial
ara
.___---~---"':
Si muchas son las enfermedades agrupadas bajo este hombre,
habrá que f.igurarse la eantidad de remedios que el arsenal terapéu–
tico popular _posee y utiliza para curar dicho mal. En verdad, son
numerosos, y forman una abigarrada mezcla de superstición, de
puerilidad
y
hechicería, no obstante la presencia de algunos que,
·como el que transcribimos, pueden acarrear algún beneficio a la
salud. La receta
die~
así : ''Se cortan unos gajos de brea (Cesal–
pínea praeeox, R. y
P.)
del lado que mira al sol, se atan en cruz
con raíces y hojas de atamisqui (Atamisquea emarginata, Miers.)
y
se hacen hervir. Y ·en esta agua se baña al enfermo durante 9
días". En efecto, la "brea" contiene gomas solubles
y
en el "ata–
misqui ' ' existe un glucósido que por acción de un fermento da
origen a un senevol. Estos principios -se conocen, además, los
.
(1)
Conviene recordar que los dioses del aire figuran en toda la initología
andina.