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rir al usano,

y

cuando llo ocurría, el sembrado quedaba indemne.

na forma dis inta, aunque mejante,

la práctica que consiste en

colocar dichos gu ano ' ' recogid en la cuatro esquinas del ras–

troj ' dentro de una vasija que e expone al humo del fogón.

En todo estos ca os b mo podido apreciar un elemento de fon–

do qu e el deseo del curan ero, expresado en forma categórica por

medio del hecho,

y

un elemento de forma, que es la delimitación del

área de su influencia, determinado por los cuatro puntos

ca~dinales

o las cuatro esquinas del rastrojo de donde se recogen los gusanos

o por el simple hecho de "cruzar" el sembrantío.

Con procedimientos semejantes suelen curarse las otras plagas:

la langosta, de la que era especialista Doña Josefa, de Los

Pocito~,

Dto. Río Hondo,

y

aún las plagas que ajuejan a los animales.

En la curación de la "culebrilla", aparte del ensalmo, suele em–

plearse el sapo, tratamiento que tiene todo el valor de una práctica

mágica analógica, por la creencia de que dicho animal es enemigo

de la víbora y te ·

' '

illa ' ' una semejanza con ésta, el

remedio no pue e ser mejor ni m" a ecltil do •

¡

Con qué ext ao

sagaces brujos

arte, la sombría

.

que se encierran

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último, el diagn

:.o

e

1

Ui~

el significado de

ine m 'nt.e s

de los elementos

e se valen :

Un célebre curandero de Las Higueras, Dto. San Martín, que

se había especializado en el tratamiento del "dolor de muelas", re–

cibía al paciente haciéndole detener a la distancia. "No se arrime':'

-le decía-. ''Sólo yo puedo arrimarme''. El enfermo esperaba el

momento de hacerlo, ansiosamente. Pero Don Fermín, . que así se

llamaba, cruzando las manos a la espalda, recorría algún caminito

D

sendero, tras de la casa

y

miraba el suelo como si buscara algún

objeto pequeño. Luego, cuando lo había encontrado, empezaba a ron–

dar de lejos al enfermo, acercándose concéntricamente hasta llegar

junto a él. Y colgándole una bolsita del cuello, . donde había guar–

dado el objeto que encontrara, pronunciaba unas palabras cabalísti–

cas y le quitaba la bolsita, que, apresuradamente, arrojaba al fuego.

La curación había sido realizada. La magia empleada .era la que su–

pone haber encerrado el espíritu del mal en un objeto, que nadie

sabe lo que es, contenido en la bolsita

y

la curación se funda en la