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incu tionable del nio o del e íritu, que, en lo pueblos regidos

por u

i

t

roa pri itivo d tribu o d clan, preside el mundo de

lo br na ur l on toda la fu rza

y

pot ncia que e capaz de con–

e d rl l hombr al je obrec gido d

i do. Por lo demás, es

un modalida caracter"' tica de la medicina primitiva

y

surge, ló–

gicament , de la conc pción implista de un cosmos espiritualizado,

qu Tylor llamaba: "animismo"

y

Levy Bruhl: "mentalidad pre..

ló!!ica '. Pueblo como el araucano

y

el tupí-guaraní participaban

de e ta concepción, no así los de Méjico

y

Centro América que,

aparte de la magia primaria, poseían dio es

y

teogonías propios

de lo pueblos con un sistema más evolucionado que el de tribu. En

fecto, tanto los mayas como los aztecas tenían una medicina teúr–

gica, que provenía de la adoración de verdaderas divinidades, como

eran la trinidad: Xchel-Citboloutin-Zamná que invocaban los mayas

para descubrir nuevas plantas medicinales o la diosa azteca Tzapo–

tlatenam, a la que hacían

s~crificios

y ceremonias anuales o el dios

Xipe, que conjuraban y aplacaban del mismo modo. Pero salvo

estos pueblos -

tiguo Perú- las tribus espar-

cidas por todos los ámbitos de A

o econ cían otro origen

de las enfermed de

i

i

q

volun-

tad maléfica, e ere

mú t1p es

~ formas,

a arentes o

invisibles, del g nio

1

o

na

Como consec

og1a nume osas enfer-

medades atribuí

re ,

olino", al

"árbol" a ciert

e mo a n duéndes

'

o demonios; y el ec-hlc-ero o

JO

que, no sólo inquiría el origen

del mal sino que lo curaba, ahuyentando al genio malévolo o apla...

cándolo con promesas y ofrendas o sacándolo a viva fuerza del

cuerpo para encerrarlo en objetos diversos. -

Y de la concepción mágica, nació entonces la terapéutica mágica

que fué siempre ejercida por el hechicero, antaño,

y

por el brujo

y el curandero, hogaño.

Ahora bien, este terapéutica mágica podía ser curativa y pre–

ventiva. Entre aquéllas se cuentan las innúmeras prácticas y cere..

monias que se realizaban y se realizan, todavía hoy, enderezadas

a la expulsión o al sometimiento del espíritu maléfico. Mientras

que la magia profiláctica tenía por objeto evitar la enfermedad o

el ''daño'' mediante el uso de amuletos.

Sería largo, aquí, exhumar la extraordinaria cantidad de medios

puestos en práctica por la magia para el tratamiento de las enfer-