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las prácticas que realizaban los magos
y
hechiceros de aquellos tiem–
pos, para curar las enfermedades o prevenirlas.
Todos los rituales se conforman a la idea que de los males tenían.
De ahí, que no causen sorpresa dichas hechicerías a los que com–
prenden sus absurdas creencias
y
las justifican, midiéndolas no con
el conocimiento que de ellas tenemos, sino con el del tiempo y la
circunstancia que les dieron origen.
Los ' ' malbaláes'' eran ''muy supersticiosos ·
y
agoreros, creyendo
en üantos de pájaros, aullidos de perros, etc., por donde pronostican
sus sucesos faustos o infelices, y por ahí gobiernan sus resolucio–
nes'', dice Lozan'o en la obra ya citada. Lo cual no nos sorprende,
puesto que actualmente existe todavía el miedo a ciertas aves noc–
turnas que el pueblo teme porque, en ciertas circunstancias, anun–
cian la muerte de un familiar. Lo mismo acontece con el aullido
1
•
del perro y otros animales de mal agüer0.
· El mismo autor, más adelante nos refiere textualmente: ' ' Hechi–
ceros sí que ;hay muchos entre ellos, que .hablan con el demonio,
quien se
¡p-are-e
su fiestas y borracheras, feo y abominable,
y
a su em ·anza se embij n o ; d o
arle.
sto ". En cuyo
texto
e
con
ge
a que la bruja
ha sido
eñ da
y astrosa'' y el
giquera ' .
e
«.
,
que suele p_resen–
ICina, conoce ''las
ejercer de ''ma-
.A
este
1·especto,
el
T.
Catalán, en su trabajo citado, nos relata
algunos pormenores de un proceso seguido a las indias Pancha
y
Lorenza; acusadas de hechicerías. En dicho proceso, que para en el
Archivo de la Provincia de Santiago del Estero, una de ellas con–
fiesa haber matado ''en el pueblo de Tuama a un indio Colla llamado
·Melchor, dándole en comida unos polvos ' de tártago' '. Como, se le
preguntara: ''en ·qué Salamanca aprendió y qué
suj~tos
concurrían
a ella. Responde: que .en el paraje de los Sauces a un lado de un
'montecito donde está un rincón que es en la jurisdicción del Tucu–
mán y que hace el término de seis años según ella r ,egula, que apren–
dió en dicha Salamanca, la que está a media legua adelante de la
estancia de Pascual Díaz
y
que esto
apr~ndió
e:p. ocasión de ir a
·comprar maíz: que viendo había mucha gente diciendo había fan–
dango siguió y llegada al paraje le propusieron que ya que estaba
allí que aprendiese y ... que otra vez también volvió ,a entrar ella
de su propio modo, y llegada a la puerta dice que una mujer gorda