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Yo voy a dar, sin embargo, una receta, pero. . . "como me la
contaron te la cuento''. Rehuyo toda responsabilidad, máxime tra–
tándose de un trabajo como éste que no es para ... la cocina, preci–
samente. ·
Un kilo de harina de primera, una docena de huevos de los
cuales sólo cinco se utilizan con sus claras, grasa, azúcar, clavo de
olor y canela.
Se mezcla, amasa y da forma. A continuación se hacen hervir
los rosquetes hasta que floten en el agua en que hirvieron. Se los
Tetira
y
escurre, para pasarlos al horno convenientemente dispues–
tos sobre una lata.
Mientras se hornean hay que preparar el blanqueo o merengue,
que se hace batiendo las claras, y añadiendo a ellas, poco a poco, el
azúcar que las espesa y liga.
Extraídos del horno se les unta con una pluma el merengue
y
se
los deja al sol.
Los ros uetes de Loreto, comidos, son una espuma deliciosa por
su ter ura y fragilidad.
biblioteca
R
aderas golosinas del
Tienen la forma de una empanada pequeña y se elaboran de la
siguiente manera: la masa se hace con harina, un poco de huevo,
grasa, azúcar y anís. Se mezcla y se amasa. Luego de oflada se
rellena de dulce o arrope. Después de cocerlas en horno no muy
caliente, se las revuelve en almíbar de azúcar.
¡Exquisitas son las empanadillas con su dulce relamido en las
yemas de los dedos
!
LOS MORONCITOS
Los moroncitos, farináceos y dulces, constituyen una industria
doméstica.
Redondos, con una gráfila de molde, exhalan un agradable per–
fume de canela y miel.