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Su fruta, el mistol, tiene el tamaño de una aceituna pequeña, de
forma esférica. Está recubierta de una envoltura coriácea, de her–
moso y reluciente color rojo oscuro, y encierra un mesocarpio gri–
sáceo, de consistencia siruposa, y una semilla grande y dura.
"Pa 'l mal tiempo" -como se dice entre la gente del pueblo- es
un poderoso auxiliar del presupuesto casero. Desde que se levantan
de la cama, al ir por agua, al chiquero, a la escuela y adonde fuese,
los chicos no dejan de "cutiparlo" o sea comerlo.,
El mistol, la algarroba y la tuna, de la que luego hablaremoA,
constituyen el alimento preferido del paria. A su cosecha, que se
efectúa en el mes de enero, concurren numerosísimas personas, las
cuales, después de la recolección, transportan el fruto en árganas
colmad'as al depósito familiar donde es machacado, prensado y guar–
dado en sacos de cuero, o en cajones y barricas.
Al estado natural, cuando está bien sazonado, el fruto tiene un
agradable y dulce sabor de miel silvestre. Contiene mucílago, glú–
cidos y celulosa (
1 ).
Golosina pop
lar.
hace del
mi~tol.
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en recipientes
es~ecia~~~R:X
para ser finame t
'blioteca
Con porcione
e esta masa, de tamaño
e
n puno, se fabrican
bolos ovoideos que se recu ren o envuelven totalmente con harina
de algarroba o de maíz tostado.
Forman así, los ' ' bolanchaos' ', turrones de pastas melosa, de
aspecto agradable, que se expenden en abundancia.
Esta transformación industrial del mistol proporciona un seguro
bienestar a las poblaciones indigentes, que nos regalan, en cambio,
]a maravilla de un arte de repostería insuperable, cuya bondad estri–
ba en
~a
delicadeza del sabor y en la sencilla elaboración de sus pro–
ductos naturales y simples.
Con muestras enviadas a Buenos Aires a pedido del Dr. Salvado'r
Mazza, el Dr. Rogelio Trelles ha concluído un estudio sobre la com-
(1)
''El mistol, árbol grande, es muy semejante al azofaito. Su fruta es
en el sabor y hechura muy parecido a la azofaifa de España, aunque algo
menol' ... La fruta del mistol guardan (los indios) para provisión anual. (P.
PEDRO LOZANO,
Descripción co'rográfica del Gran Chaco Gualamba,
año 1133,
pág.
40).
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