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Cada tinaja contiene, además, una larva que se alimenta de la

sustancia depositada en ella,

y

se comunica con el exterior, al prin–

~cipio,

por intermedio de un pequeño orificio. lVIientras esta aber–

tura no ha sido ocluída, la nidada recibe el nombre de ' ' chilalo''

o "mishquila ". Pero repleto el depósito, los insectos tapan el ori–

ficio exterior para dificultar su hallazgo, y entonces se llama ' ' bam–

ba" o "tapalu".

La sustancia agridulce que contienen las botijas, si bien no debe

ser considerada como alimento, es postre delicioso para el mundo in–

fantil, razón por la cual la consignamos en esta miscelánea..

Para terminar este capítulo sólo nos resta décir que casi todas

las flores del bosque son melíferas, dependiendo de ellas el gusto y

·color de la miel.

Conviene agregar, también, que las abejas emplean sólo una clase

de flor para cada panal, dándose a veces el caso de que una misma

.abeja elabora mieles de distinto sabor y color cuando 'escasean las

flores .más preferí

· . libar en las demás.

Cosechada la iel

ta-o

vaca o en pellejo d

mal, repletos de

''cabras de miell · (

1 •

ia población de Santi

tres exquisitos como

~~~mJl111ft3

asimismo,

para endulzar la e a

· entos.

En la terapéu e

rviene en un sinnúmero de en-

fermedades. La "flor", especie de harina pastosa sobre la que las

abejas depositan la miel, y el "onchague ", que es la mezcla de la

pasta con miel, son excelentes purgantes.

EL GUARAPO

En

~iempos

del pre-coloniaje y de la colonia era muy común en

Santiago el guarapo, bebida que se fabricaba con miel y agua.

Realizada la mezcla y depositada en una vasija de barro cocido

llamada puñu, era consumida con singular deleite por los aborí–

genes,

y

más tarde por los mestizos del país.

(1) "...

son de buenas carnes (las liebres

y

conejos)

y

los indios los

desuellan cerrados para hacer de sus pellejos odres de miel".

(P. PEBRtO

Lo–

ZANO,

Descripción corográfica del Gran Chaco Gualarmba,

año 1733, pág. 52).