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LOS HUEVOS

No le invite al santiagueño leche ni huevos. Él no los tomará

y

si lo hace sólo será por compromiso o por no despreciarlo como se

dice comúnmente. Pero invítele un asado, un mate, una mazamorra,

o queso, miel, etc.

y

lo tendrá muy agradecido.

.Así se explica que teniendo huevos a granel, de aves domésticas

y

silvestres desde los de gallina a los de avestruz, prefiera mercar–

los antes que utilizarlos en su alimentación

y

el de su prole.

Sin embargo esta su repugnancia por el huevo no es absoluta.

De tanto en tanto lo emplea en la confección de algunos platos, aun–

que muy somera

y

discretamente, y con cierta prodigalidad en la re–

postería, donde ya es común emplearlo.

LA MIEL

(1)

los árboles de nuestra inmensa

e vidades

y

al pro–

ustria popular,

y

tiempos no lejanos,

e

e subsistencia para

una g an

~li

' on los productos de

la selva

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Pas

lora ión

-1

quebracho, los meleros o cosechadores de

miel, pertrechados de tupos

y

árganas de cuero para trasegar el

producto en cuya busca iban, se internaban en los bosques, munidos

de harina, maíz, grasa

y

charqui, y tras de un tiempo de permanen-

(1)

En 1853, el capitán de la Marina Norteamericana

THOMAS

J.

PAGE,

exploró el Río rSalado hasta Matará (Santiago). Con motivo de esta expedi–

ción publicó sus notas en 1859 bajo el título de

La Plata, the Argentine Con–

federation and Paraguay.

En dicho libro, el capitán Page dice en las págs.

365 y 366, refiriéndose a la miel, que ocho distintas especies de ab-ejas pueden

reconocerse en Santiago: el tiusimi, la yana, el moromoro, el mestizo, la qui–

laya, el cani, la ckella y la alpamisqui o ashpamishqui. Estos nombres indí–

genas, dic-e más adelante, expresan las características de estos industriosos

y

útiles insectos.

''Las abejas que fructifican tanta dulzura, tienen siete especies, · que distin–

guiremos con los nombres que les dan en su lengua los indios Lules, una de

las naciones principales del Chaco. Abeja yamaculli, que suena en español

abeja mestiza, es del tamaño de una mosquita roja, como las que se crían en

el vino. Éstas labran rica miel y preciosa cera de color amarillo. Abeja moro–

moro, llamada yalamacuá, es semejante a las abejas de Europa, aunque menor.

La miel y la cera es la mejor entre todas las especies

y

tira a blanca. Abeja