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cia en ellos, volvían con su preciosa carga melífera, la cual, acopiáda
por nuestros exportadores era conducida a Buenos Aires o al Perú
en lentas
y
gloriosas caravanas de carretas.
Ha desaparecido la ' ' meliada''
y
el pueblo no ha remediado su
condición de paria con el pretendido progreso de la industria fo–
restal, sino que, por el contrario, más pobre todavía, esquilmado
y
explotado dentro de los límites de su propia Provincia, encuentra
fuerzas ·aún para ofrecer su carne, magnífica de sacrificios, a
los
señores de la zafra
y
de la cosecha del sur.
Con la ' ' meliada'' desaparece también la gran fiesta del espíritu.
Ligada a la libertad del alma, a ese vagar del pueblo con el
sentimiento de su grandeza, estaba la cosecha segura, abundante
y
pr_oficua de miel, que luego, hecho el trueque, no sin dejar un r .e..
manente para sus propias satisfacciones, proporcionaba el recurso
para un cómodo bienestar.
Y
desaparecía finalmente con la ' ' meliada'' la riqueza histórica
de Santiago
y
la tradició
CL
s
érrimo. En efecto numerosos son
los cronistas de la época
refiere
i
po: itanc · asignada a
la
miel de Santiago.
1
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Del mismo parecer es REGINALDO LIZÁRRAGA, cuando en su :
Des–
cripción Coloni(J;l
escribe: ''Es toda esta provincia abundantísima
de miel
y
buena, la cual sacan a Potosí en cueros" (T.
II,
pág. 235).
1
negra menuda dicha aneacuá; tiene la colmena debajo de tierra, su miel
es
agridulce, la cera de ·buena calidad, aunque algo negra. Abeja negra grande,
que tiene por nombre cueshumueacuá, labra miel rica; pero sin cera, como las
dos que se siguen, porque aunque forma sus panales ·como las de Eüropa, la
materia es de palo o de paja podrida. Abeja lechigüana llamada coalecsacuá,
es la que cuelga los panales en ramas de árboles; la miel es dulcísima, pare–
cida •en todo a la de España. Otra abeja de l echiguana, se díce amilacuál; su
fruto es en todo parecido a la que acabamos de referir; perq se diferencia en.
que labra sus panales mucho mayores y pegados, o en la tierra a los pajonales,
0
en los árboles a sus troncos. La última especie es una abejita de color ceni..
ciento, tan menuda, que apenas se divisa. Labra la colmena en troncos -de
á·r·
boles, y su miel es tan agria como zumo de limón; la cera es ni más ni menoa
que la liga, en color, virtud unitiva y las demás cualidades. Todas slete es–
pecies se crían sin el menor beneficio''.
(P. PEDRJO LOZANO,
Desorripoi6n co..
rográfica del Gran Chaco Gualamba,
1733, pág. 46).