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Crudo, el charqui, es quebradizo, algo fibroso, duro. Pero bien

masticado se transforma pronto en una pasta sabrosa, débilmente

salada, muy excitante de las secreciones estomacales.

Asado o hervido despide un grato aroma a carne oliscada o ma–

nida. Es en estas últimas formas como interviene en la preparación

de numerosas viandas, tales la sajta o chatasca, muy estimadas,

y

de las cuales hablaremos después.

Por fin conviene mencionar, siquiera sea de paso, al charqui de

pescado, muy común entre las gentes ribereñas o que viven en las

costas de los ríos Salado o Duloo de esta provincia.

En épocas de abundancia se hacen grandes pesquerías con el

propósito de conservar el pescado hasta algunos meses después.

Dicha conservación consiste en salar y desecar el pescado -por

lo común, el bagre- al que se ha quitado previamente sus vísceras.

Una vez hecho el charqui se lo prensa

y

guarda en cajones con

abundante sal.

Pero el santi

cerdo etc., sino e

animales de la selv ,

LAS OTRAS CARNES

Abandonando, por anti

las carnes en roj s,

~~~El~~

importancia los

m·entación del p

de esta

ásica de

orden de

n la ali-

.Ante todo el pie

1

amydophorus Truncatus, Harl.).

Dice Oviedo

y

Valdés, del· pichi y en general de los

e e

animales en–

cubertados", en su historia General y Natural de Indias'', Libro

XII, Cap. XXII, pág. 412, que ''quitándoles .aquella concha, están

muy gordos e quassi lo mas dellos cubiertos de grasa e manteca

sobre la carne: e porqué toman mucho la sal, é sin ella son muy

(1)

".Son unos animalejos pequeños que andan en montes

y

por la defensa

que tienen metiéndose ·entre sus conchas,

y

desplegálndolas como quieren, los

llaman armadillos. Yo he comido ·de ellos: no me pareció cosa de precio'''·

(Jo–

SEPH DE AOOSTA,

Historria natural

y

moral de las Indias,

t. I, pág. 437).

''Raro animal es el quirquincho; tiene el cuerpo dentro de una concha o

escamas grandes fortísimas, en las cuales, arrollándose se defiende. . . Sus

carnes quedan siempre con el sabor del monte".

(P. PEDRO

LIOZANO,

Des·crip–

ción oorográfica del Gran Chaoo

G~t,alarnba,

año 1733, pág. 51).

''El quirquincho

y

la mulita son manjares exquisitos para los natu1·al-es. El

peón le mata desde el caballo de. un rebencazo, le abre

y

a la noche le saborea

asado en las brasas".

(Memoria de Tucurnán,

pág. 293).