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concepciones . obre la forma de la Tierra y aclaró otras ideas tan
falsa como aquélla.
Por otra parte, la difusión de la imprenta, cuyo invento perte–
nece
a
esa época, que permite extender los conocimientos científicos
a
diversos pueblos
y
la conquista de Bizancio por los turcos que
origina el éxodo hacia Italia de numerosos sabios "portadores de
valiosos manuscritos griegos' ', desconocidos hasta entonces, deter–
minaron una corriente de vida nueva que sacudió la modorra e
infundió saludables energías al espíritu.
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arece renacer. En filosofía,
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El descubrí
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fericidad de l.a Tierra, sino que, al clasificar numerosos animales
y
plantas hasta entonces desconocidos
y
que eran oriundos de Amé–
rica, obliga a una completa revisión de la Historia Natural. Esto,
aparejado al hecho de que Leonardo de Vinci, precursor de Vesalio,
da un rumbo nuevo al estudio de la Anatomía en el cadáver,
y
de
que Servet, a la vanguardia de Harvey, expone valientemente su
concepto sobre la circulación de la sangre, constituyen los puntales
en que se basan los adelantos del Renacimiento, no obstante de que
en Patología continúen dominando las ideas tradicionales, según las
cuales la enfermedad tenía su fundamento en la modificación de los
cuatro humores del cuerpo, asegurándose que la materia morbosa
se eliminaba por diferentes vías, siendo las principales la expecto–
ración, el vómito, la erupción, la epístaxis, el sudor y Ja orina. Como
consecuencia de ello, encontramos aún en nuestra medicina popu–
lar, no solamente términos, sino también conceptos patológicos ar-