empe:oar por a-0.vertirte que yo nunca encontré ningún bell€–
:fücio lo mismo corpocal que espi.Titual más que en. la iglesia.
Y a propósito, no oíste lo que dice el Evangelio de que [354]
busquemos primero el cielo y su justicia, que lo demás se nos
dará por a ñadidura?" Oído esto, entrando dentro de sí, vió
aquel hombre que era efectivamente
par
oír misa por lo que
Dios favorecí•a a su camarada. Y empezamdo a dolerse en su
corazón de su conducta pasada y a
oír
misa todos los ·domin–
gos, empezó también a poder comprobar que todo cuanto ha–
cía se le iba dando bi,en y que iban prosperando sus nego–
cios...
§
4. DEL CUARTO MANDAMIENTO
[355] D. - Viniendo al cuarto manda.miento, que nos
manda honra:r a los padres, quiero que tú me digas por qué
los mandamientos gra:bados en la segunda tabla empiezan por
el padre y por
h
rr.adrc: .
· M.-Los mandamientos de la segunda tabla se refieren
a nuestms prójimos, de la misma manera [356] . que los
de la primera se referían a Dios. Ahora bien, de todos nues–
tros prójimos, los que más de cerca nos afectan son, indis- ·
cutiblemente, el padre y la madrn, por lo que ·debemos amaJr–
los más especialmente, ya que de ellos dos hemos recibido la
existencia. Por esto es por lo que el primer
m&ndami~nto
de
la
segunda tabla es "Honra a tu padTe y a tu madre".
· [357] D.-¿Cuá:l es, pues, el Sentido qiue encierran estas.
palabras?
M.-'Dres cosas: auxiliarlos, obedecerlos y respetarlos,
como si en ·el padre viéramos a un señor. Ya la Sagrada Ea–
'c~tura
nos dice que ayudar al pa.dre y a la madre en sÚs
necesidades es lo mismo que hoilfI'!arlos y reverenoi.airlos. Y
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