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SUCASUCA .MALLCU
hasta encontrar la Avenida Montes),
p~ra
llegar a
la vereda del templo de San Sebastián, sobre la
plaza de Churubamba o Alonso de Mendoza. Si–
gue la línea recta, corta la avenida América, o an–
tigua plaza de los españoles, hasta encontrar la
esquina de Illampu
y
Tumusla,
y
por
ahí
tuerce
y
corre sobre el trazo de la primera de dichas calles,
que en tonces era un camino desde Coscochaca
hasta el Tambo de Carbón; gana , justamente, esa
dirección el límite que hemos diseñado y soslaya
la plaza de San Pearo, cuya iglesia campea en
despublado ; de la plaza España cambia hacia el
este
y
baja la cues ta - en sentido paralelo a la ca–
lle Colombia,- hasta el Choqueyapu. Entre San
Ped ro
y
el Choqueyapu, no ap arece lo que debía
ap a r~eer, ~l
cop ienzo del Prado; todo es, al exte–
rior de la línea, campiña,
y
no lrlay seña de la Ala–
med a o actual
Pi
enida ultramoderna del
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de Ju–
lio. Al cortar el Choqueyapu, la raJ a delimitado- ·
ra del radio mbano de La Paz, en
1,781,
toca otro
fo'rtí n audazn"1ente avanzado, y halla el cauce del
río Me}awira · (mejhawira, río Me), ·nombre que
ningúll geógr afo se atreve aun a descifrar, y por
cuya
1~1adre
sigue, detrás del convento de San Juan
de Dios, con sentido paralelo
~,. hacia
adentro de
la calle Bueno, para encontrar la calle Yungas (fi–
nal),
y
en trando por la Coroico que era un cami–
no, llega a la dichosa Plaz.oleta del Periodista,
y
prosigue, j ustamente al pie de las tejerías de Kgi–
llikgHli, por la calle curva , nueva pero trazada so–
bre la senda antigua que comunicó el final de la
call e Indabm·u con el otro extremo, el oriental, de
la calle Sucre, de donde toma un rumbo, la misma
línea teórica, de oriente a nornoreste
y
norte; toca
los finales de las calles Colón
y
Bolívar y Junin,