ZACARIAS MONJE ORTIZ
SS
aludidos,
~
tal punto que la insigne guerrera boli–
viana, tenienta coronela doña Juana
Az~rduy
de
Padilla, hasta muy después de la batalla de Aya–
cucho, hacía pasquines
rimados, en Chuquisaca,
por este estilo :
· ·
ncha<;uetita pum pum.
llena de botones:
ya llegó la h!)ra
de los chapetones::
La breve referencia evocativa de la organiza–
ción de la ciudad sit iada en
1781 .
sea c9mpletada
con una li gera relacióa del terri torio que cLbría
e ntonc-es la f' dificación de La Paz, trabajo f a.cili–
tado, objet-iva
y
documentalmen te, p o r· el cuadro
al óleo, de gi·an hfmaño, que se h izo pintar des–
pués de recuperada la liber tad de la población por
la denota de los si tiadores; <iich o c uadro es,
al
mismo tiempo que un plano de la ciudad de La
Paz, un pr·etendido retrato, a vuelo de p ájar o , con
num t·osos
n·ores o fallas
d e perspectiv_a
y
tal
vez s i bi s tól"i cos .
Ycm o
que la actual pliizole ta d e Hiosinho,
antiguam ente llama da de Caja del Agua, constitu–
ye el e.·tremo n or te de La Paz, y en el punto don–
de convergen las ac tu ales vías d e J aén y Sucre, ha–
bían tenido los sitiados un o de los for tines
que
controlaba los asaltos de los revolucionarios
de
Kata l"Í, por es
lado. Desde la plazoleta se puede
trazar una linea norte noroeste, cruzando el anti–
qui imo y d esapar·ecido muladar de la Paciencia
(muro de piedra que prolonga a la calle
Ingavi
•.