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Naturaleza, en una \lrbe donde no había éntrado
la mistificación industrial de los alimentos
y
los
licores,
y
si se les iban las manos al. jugar, en car–
ne&tolendas, consideren que a ellos - lhs paceños
del día,__: les ocurre «;le lo mismo _pero en la pe–
numbra de una seGción· vespertina del cinema, ca–
si día por medio.
El padre Aranzáes, sigue
~n
acápite inmedia to
con la explicación de los
apfltapfis,,
qw.e para él son
..reuninnes de familia en el campo",
y
para
iWSO•
tros son todavía,
y
más eu las poblaciones de pro–
vincias;-los días de pasa·Flo al air e libre o en casa
de recreo,
y
en los que el gasto es a prorrata, ·:::o..
rri endo las dam_as con la presentación de las co._
midas,
y
los señores eon la de las bebidas, conser–
V :;}S,
golosinas, etc. Naturalmente que en esas' opor–
tunidades se gusta del "pastel de tnaíz", que sigue
llamándose humita, mejor dicho, hmn inta, a un–
que lo primero es lo p r opio.
h
Termina el autor del libr o citado, no sin an–
t es de hablar de los festejos del Día de la Cr uz (3
d e Mayo) , con es tos tres párrafos q ue inter esan
a es te trabajo:
'l.a .clase mestiza entregada al
trabaio~gozaba
de vida hol–
c;t'da. pl!!ro era
~llanera.
Vestla calZón. ch ;.queta
y
poncho. Las
muje!es tenían sus asientos en el mercado pÜblico: vestían lu–
josamente. polleras con lana
(?).
jubón de terciopelo. lliill'as
de seda. joyas de oro
y
pe~las.
La3 - cholitas
me.re'c:ieron siem·
pre los halagos de los altos empleados. de los chapetones
'f
di,! la juventud criolla.' En· la fiesta. de
lcr
Conc3pción. en Sopo–
c'lhi. bailaban con frenético entusiasmo en s·u cuadrilla favorita
los cullawas.
''L9s indios de las tres parroquias. sumisos
y
obedientes.
consaqrados al chaearismo. tejÍan sus telas p:ua su uso. no ne–
cesllando de o!ro mercado, pero era la más desgraciada. <:>pri–
mida. vejada. ultrajad:x
y
escarn<!clda: no obstante. siguiendo