ZACARIAS MONJE ORTIZ
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da de la injuria d e olvido, puede y debe con ver tir–
se en e jemplo d e inocencia polí tica transparente
y dolorosa, apos tóli ca, para que en adelante n ues–
tras nu¡jeres ya ,no conciban más an tiamericanos,
más ausentis! as, más traidores a la Madre Améri–
ca Virgen, a la tierra natal cuya mayor desgracia
es la de ten r hijos honorarios y tran seuntes, y po–
cos d e los que pasan su vida junto a sus grande–
zas y a s us infortunios.
*
E l 17 de
jn·nio · d~
L782,
el
C0mandante Seb as–
ti án Segu r ol a , di ó por p acificada la provincia de
L a Paz, dil a tada y rica como u;1a r·epública de las
m ás f a voreei t n.s del 1nundo. Para llegar a ese re–
sultado, hay que p ensa r que, con Reseguin o solo,
Segurol a , un a vez libe rada L a ,Paz, llevó a cabo
d os exp edi ciones de índole punitiva, m ás que pa–
cifica dor a, hacia e l norle, comprendiendo las a c–
tual es provincias d e Lo Andes, Om asuyos, Cama–
che , ;\luñecas, L a recaj a y aún Caupoli.cán; hacia
el
Ce
le
y
el sud. las pr·ovin cias ne Sirasica
y
p ar.t e
d e Paraj es m ás las de Loayza , p a rl e d e Inqui sivi y
ambos Yungas.
Ce r ca d e och o m eses de b nti r
y
casti gar a las
p artidas de r eYol uciona ri os
cntregad.asa la di rec–
c ión de obscuros lugarteni ent es del mártir Tupa kj
Kat a ri, o d e simp les jila kga tas (a dela nta dos ) , q ue
fuero n, uno tras o tro, obj e to de inmolación en la
p l:l za tle cua n to p ueb lecito vi sí t:1ban los
pacifica–
d on '.·.
Es qu a la orgía de sobresalto, sangre .
de: confianza que a r r u ;nó p or med io siglo a la c iil –
dad de La
Pa~,
por conlrape o,
sobrev~no
la otra ,