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SUCASUCA MALLCU •
vadores del oro aquel, que habían c;ido favorecidos
por tamaña boya.
No es dable suponer que Tipuani solamente
haya aportado esa cantidad
y
otras que explota–
ron los espqñoles del Coloniaje, en Lales parajes
norteños de La Paz . Mapiri, Challana, Tacacoma,
Suches y cien pn'ntos .más eran y son auríferos lu–
gru·es de fama por sus buenos r endimiento-s, y res–
pecto de todos ellos Soi·ata constituye aún el pun–
to centralizador de las producciones, en oro y
otras materias primas de los tres reinos de la Na–
turaleza.
Si nos atuviéramos a que los h·escientos quin–
tales provenían sólo de Tipuani. acaso si la noti–
ba fuera faib lo&a,
y
así que asi todavía no tanto
como se ima
~Iilar
los que conocen la formación
geológica de los Andes Reales de
T
,a P az . Pero na–
da autoriza a esla celnh:aljzación de oro prove–
niente de un solo sitio de aquellas ricas comar–
cas, el}_ Sorata. Pudo
y
debió de haber tanto metal
procedido de las distintas reg iones auríferas de
esa zona, y su acumul ación no se €':'\plica sino por
razones de que era aven turado, en tales tiempós
de revolución, transportarlo ni por ' Vaychu (Puer–
to Acosta)
ni
por Viacha, a 1\1ollendo o Arica, y
sus dueños guardaban y acreeían el tesoro hasta
pasada la tormenta bél ica, y res ultó que és ta fué
a b uscarlo a su almacén y no sabemos si lo des-
. p erdigó con el torrente de la mi sma inundación
o si los guerreros de Amaru el menor, se lo dis–
tribuyerori entre ellos.
El oro es un artíc ulo q ue no deja de brillar
nunca, cuando de Bolivia se. habla por cualquier
concepto. Y en este caso una excepción era impo–
s ible. Y como la cantidad es bastante apreciable