134
SUCASUCA MALLCU
Pinedo, fueron burlados, porque al estar en los- tra–
tos viéronse presos, con más sus escoltas,
y
fué
muerto Pinedo, un caballeroso jefe peni nsular, a
palos .
El doctor Baltazar Asebev, asumió la respon–
sabilidad militar en Sorata,
y
se llevó a cabo la
oposición a que entrasen los revolucionarios, los
cuales hicieron una tercera oferta ele paz, antes, es
posib1e, de asestar su golpe de gracia a los sitia–
dos. Rechazada la proposición por pa tr icios y es–
pañoles, el 4 de agosto desviaron el agua del río
de San Cristóbal, que no pasaba tan hondo "como
. ahora por las cercanías; mediante una
acequia
condujeron buena cantidad de líqniclo
elemento
has ta las cabeceras del lugar, donde después de re–
presado aqtitél se les so1tó, pero con buen efecto,
sobre el vecim ario; el 5 de agosto, siguió l a inten–
tona de immdación; I'eunieron más agua y 'la sol–
taron bruscamente con el pánico que es de imagi–
nar de
¡;~de r~
. :··
~' tiac
los , queabandonaron su
principal parapetp. .Eu el asal.to final sólo se sal-
. varon
lo~
sacerdotes
y
algunas mujeres, de ·las re–
fugiadas en el templo parroquial. Este otro caso
revela que los naturales dieron mues tras de re–
' cato, aun durah te la ceguera apasionada de sus
'raras victorias, an te los hombres consagrados al
servicio del culto:
·El Tupakj Am ar u, a los trece días abandonó
a Sorata
saqueada e incendiada,
descamisados
s~1s
cadáveres y sus sobrevivientes, haciendo con–
ducir el botín en metálico
y
en j oyas y pla ta sella–
da
y
otros efectos, mediante fu erte escolta, rumbo
a Azángaro (Bajo P erú) , donde
ll~gó
sin noveda–
des. El padre José Eustaqui o Caravedo, fué obli–
gadamente hasta ese pueblo en calidad de capelláll