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SUCASUCA MALLCU
proteger la evacuacwn rle La Paz de parte de su
gente, que no era de armas, la cual hubo de regre–
sarse allí en
~u
mayoría; aquellos, en desbandada,
seguidos de su Comandante ·Flores,
tomaron
el
rumbo sur. Esta fué deserción para Segurola.
Pq–
siblemente en buena parte ;;ería tal, pero. aunque
miráramos judicialmente toda la conducta de los
cochabambinos, la influencia del traba jo de los
leales y lugartenientes de Katari no puede descar–
tarse; labor de zapa que, a la postre, dió por -re–
sultado que el cerco fuese restablecido y La Paz
ingresase de nuevo a sus padecimientos de ham–
bre, peste, agonía política, rigor de as-alto .
y
so-
-
bresaltos; derram;amientos de más sangre bajo
la influencia del renacer de Jas esperanzas del in–
fati gable
v·
·rey Tupakj Katari, huérfano ya de
su compañera, sin que él lo supiera, para siempre.
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