ZACARIAS .MONJE
ORTIZ
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.los españoles reunían o reservaban
y
sobre ello
caían éon exitoso realizar, pues de este modo, se–
gún ocurrió, para muestra, el 7 de agosto de tal
año: " ...
A
la una de la tarde de este día nos qui–
taron los rebeldes, que están a la parte de Potopo–
to (Putuputu), una porción de ganado
lanar..."
Del mismo modo, los katarinos, que han debido
saber, seguramente, la desigualdad del sufrimien–
to por el asedio; qu"e lo -peor era para los mesti–
zos
y
nativos, se preocuparon en estrechar más
la situación de los chapetones, por lo que se fue–
ron a causar daños importantes f'n las cañerías
de la provisión de aguas potables de L a Paz que
venían más o menos por donde vienen.
A
este
respecto, veinte gra,naderos, el
21
de agos to , hu–
bieron de proteger las composturas en dichas ca–
ñerí as, rotas por los revolucionarios el 30 de ju–
lio, el mismo día que de una ·pedrada bien dirigi–
da por algún sitiador y que dió en cabeza de co–
mandante español, murió el del Regimiento de
Palea, D. Antonio Samalea, el 22 de dicho mes.
1Las hondas de los guerreros americanos, como se
ve por este caso, y por la declaración de Seguro–
l a, que dice : " ...no haciéndose
relación en
es te
Diario de los que h emos sido heriaos
y
ma ltra–
tados con pedradas y palos, porque absolutamen–
te
no hay uno que no lo haya s;do
entre
tanta
·gente como nos incorporamos en Psta ciud ad, de
cuyas resultas quedan padeciendo varios"; ripdie–
nm
algún servicio no por
~ ficaces
sino porq ue
cualquier arma en manos de h ombres convenci–
dos de su idea, tiene que cobrar presa.
Naturalmente, para los g ue rreros americanos
significó el comienzo del desas tre la llegad a del
Comandante español don Iguaeio Flores, el 29 de