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ZACARIAS MONJE ORTIZ

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ces

:¡r

de las petacas (baules coloniales con aldaba. de cuero

de vaca) más despreciables. siendo diqno de admirar el que lle–

qase a valer un

qato

seis pesos (ochenta bolivianos. moneda

depreciada del 1.941).

y

darse por las mulas. que se morían

totalmente flacas

y

de ne cesidad, treinta pesos. De forma que.

más de dos mil mulas que hubo dentro de la ciudad al :púnci•

1

pio del cerco. muy a penas se juntaban al fin 4_e él. para 1al

cual salida que se h a cía indispensable. cuare nta de alqún

servicio (utilidad). aprovechándose la plebe. a quien el cerco

coqiÓ muy desprevenida. de las otras para su manutención.

hostiqados de la miseria

y

escasez de víveres que padecían.–

Las e nfermedades hicieron en el tiempo del asedio los proqre–

sos que son naturales en semejantes ocasiones. p articularmen–

te e n la

qente

de escasas conveniencias; pues había perecido

más de una tercera parte de la que componía su

vedndar~o

a manos de los enemiqos: fuera de función morlan unas lres–

cientas o

cuatrosaient~s

personas. que llevadas de la necesidad

salían fuera de trinchera. en busca de alqunas comidas

y

le –

qumbres. leña

y

pasto p ara las cabalqaduras.

y

daban !n–

cautamente con los enemiqos. De los heridos de balazos. a

más de los que quedan relacionados en e ste D\a rio. habrán

muerto unos cincuenta. siendo el uno de ellos el Coronel D.

Juan de la Hiquera..."

, Es tas son las r evelaciones que constituyen

confesión de boca, prueba p lena, sobre las e ta–

pas y sanidad de los españoles. Segurola nos ha–

ce ver· cómo has ta en emergencias de absoluta–

mente común peligro para mestizos, criollos y

blanquillos, éstos separaban ·a la plebe y la de–

jaban que se busque la subsistencia, por "despre-

. venida"; este concepto de los deberes de un Co–

mandante de Plaza sitiada, es comprobación de

la irresponsabilidad de la gente española encum–

_brada, que, como se ve, y sin fantasías ni conje..

turas, alcanzó puntos de tratamiento inhumano.

Se advierte que, aunq"ue no se regalasen, los cha–

petones comían algo, sin importarles su deJ?er de

racionar las provisiones, elemental noción de un