ñas
y
opuestas a los idiomas de las otras naciones vecinas". Vendryes
trata este fenómeno con pleno dominio de la materia. Cuando hay
desplazamiento de punto de .contacto -dice- la diferencia de los
elementos impulsivo y explosivo es muy sensible. La misma variación
se habría producido en el cacano con respecto al a.ymara y por eso se
les !!amó
tartamudos
según el acertado hallazgo de Lizondo Borda.
Y ya que hemos entrado en este terreno diremos que, por vía
chi–
riguana
los guaraníes llegaron muy posiblemente a;l dominio
cacan
como parece desprenderse del estudio de un cráneo e·ncontrado por
Lafone Quevedo dentro de una tinaja -costumbre característica de
los
chiriguano.s.
Si del estudio .del doctor Moreno -dice Lafone
Que~
vedo- resultase que el cráneo restaurado sea de tipo
gua!J"anítico-oha–
quense
y atenta la oblicuación de los ojos, podríamos deducir un ar–
gumento en favor de la opinión que estos restos responden a las ra–
zas
at1ántica·E1,
es decir
brasílico~caríbicas
que, según Montesinos y
su eronología entraron taland.o y quemando en la región andina.
Hasta en su hierografía existe una fuente común. Un mismo ori–
gen. Los genios prolíferos del guaraní se muestran a través de la le–
yend·a recogida por el padre
Guevara~
rompiendo el "vínculo de unión
estrecha que los hacía dueños de aquella vastísima región.
Tupí,
con
su familia y los que defendían su causa, se quedaron en el Brasil. Los
demás, siguieron a
Guaraní,
hermano menor de
Tupí
y pasando el Pa–
raná formaron la nación
guaraní
por excelencia" es decir, entonces,
la nación de los
karaíve·s
identifica.dos por Bertoni, juntamente con
los conglomerados cuyas lenguas tienen semejanza. con aquel idioma,
como dice monseñor Cabrera en la esmerada selección confirmatoria
que publica en "Los Orígenes del País de Cuyo".
Autores contemporáneos y generalmente bien informados sobre
el desenvolvimiento lingüístico y el estado étnico de la América pre–
colombina, sostienen que los dialectos más conocidos del guaraní son:
el
abañe'é
y el
ñe'engaJtú
ya mencionados, el
abañe'énga,
el
abañe'éme,
el
tupí,
el
tupí-guaraní,
el
lingoa geral
y el
tupinambá,
recogido por
J
ean de Léry en el Brasil de 1556.
*
*
*
E
STAS hablas han sido catalogadas por M. A. Morínigo como
dialectos del guaraní por las afinidades, tendencias psicológi.
cas y condiciones particulares que tienen entre sí. Colocadas
una~
frente a otr::1.s, resultan para Segovia afines al
guaraní
las lenguas de
los
agaces,
los
caracarás,
los
charrúas,
los
guayanás,
los
chiriguanos,
los
botocud.os,los
coya¡pos
los
cayuás,
los
guarayos,
los
munducurúA,
los
murás,
los
zeonas
y
los
omaguas.
En el Paraguay, el dialecto trtás puro es el
mbihá-mbaevei"aguá
que Bertoni incluye en su lista junto con los idiomas o hablas del
pa·
ranaih-gua
o
payaguá
y el
chiriguaná
o
chiriguano,
como
guaraní
pu·
ro colindante con el gran tronco
kara.iL.guaraní
o legitimas
karaivea.
En el amazonas, el
ñeengatú
figura como dialecto del
guaraní
en las
referencias de Alonso y como simple apodo de los
machuicuí
en las
de Boggiani.
Post~rior
a
és.teetnólogo, Cayetano Coll (1) sostuvo que la len–
gua
tupí-gualraní
fué madre de la
caribe
y de la
aruaca
apoyándose,
precisamente, en la hierografía de esas culturas y en el valor simbó–
lico que daban a ciertas plantas, eomo la
yuca,.
En el lenguaje
tupí–
guaraní,
dice Coll, significa ''matar". De
yuká -
matar derivaron los
tupí-guaraní
el vocablo
Tupá,
dirigido a la divinidad y que equivale a
(1) "Prehistoria de Puer to· Rico" por el
Dr.
Cayetano Coll
y
Toste. San Juan, 1907 .
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