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!:: : ,

r-

L· quichua, según cálculos e·stadísticos recientes es hablado por

..

·1:

3.500.000 indivíduos(l).

Su vocabulario, rico en matices e inflexiones afectivas. refle–

ja,- como lo hace notar Sánchez de Bustamante. una plasticidad poé–

tica que llega al primor

y

se goza en él (2).

· Migue] Angel Mossi dice que. como todas las palabras cargan

el acento e:n la penúltima sílaba

y

las partículas forman una sola dic–

ción, <;omo- el vasco, el árabe, el hebreo. el aymara y aún el guaraní.

!a locución se hace más armoniosa

y

noble que .cualesquiera otra de

las lenguas conocidas en todo el mundo.

.

Los sufijos que se unen a la ra.dical o raíz en la formación de las

voces y la libertad que existe para la combinación de los sustantivos,

los adjetivos y los nombres verbales son tan amplios y

frecuentes~

que la concepción de las imágenes da lugar a la formación rítmica de

innumerables giros simbólicos o esotéricos que se filtran en el alma

como un precioso verso.

Trascendental importancia para la filología tiene la particulari–

dad destacada por Mossi.

A

diferencia de casi todas las lenguas que

no saben -dice- lo que significan las partículas que forman los te–

mas. ni cual es su origen o derivación. éste idioma conoce todas las

suyas y la significación de cada una de ellas por las raíces usadas en

la misma lengua. precioso antecedente que facilita la labor del

filó–

logo, por que aclara muchos enigmas lingüísticos y revela el grado de

cultura alcanzado por los aborígenes.

Como todos los idiomas hablados, el quíchua carecía de alfabe–

to propio. Los españoles debieron crearlo para la formación de los

vocabularios. catecismos y gramáticas mencionados en la parte de–

dicada en esta obra a la bibliografía del quíchua. Nosotros consigna–

remos el del presbítero Miguel Angel Mossi y lo encontrará el lector

en el comienzo de cada una de las letras del abecedario castellano

con su correspondiente explicación. S'in embargo, debemos citar en–

tre los alfabetos más fieles a la expresión fonética, el del profesor

Juan A. Rozas. anticipado por él en sus comentarios de la traducción

de los Salmos y Plegarias Incaicos encomendada por el doctor Ricar..

do Rojas y publicada en los "Himnos Quíchuas".

El alfabeto del profesor Rozas es el siguiente:

A•.

E.

l.

O. U. Y.

CH, H. J, K, L. LL. M. N.

Ñ,

P, R, S, T

r

W. De éstas letras -dice-·

la CH. K. P. T dobles son de sonido explosivo; la H tiene sonido

aspi~

rativo; la

K'.

gutural; la

K'K.

gutural éxplosivo; la

K

seguida de H,

su propio sonido, pero combinado con el aspirativo de la H y. final–

mente, la W lleva. el sonido de la doble

U

del inglés.

Según Middendorf, quíchua era el nombre de la región templada

del Cuzco. La fría. se denominaba kolla y la caliente yunga. El

idio~

ma Runa-8imi (3), que integraba el cuarteto de las grandes lenguas

generales del Perú y que Santo Tomás

m~dificó

imponiéndole en su

gramática el nombre de aquel distrito. tenía como hemos dicho en

otro lugar seis dialectos: 1) el lamano que se hablaba en las inme–

diaciones del valle de Trujillo donde imperaba el yunga o mochica

recogido por el licenciado IF''ernando de la Carrera en

1644

e

incluí~o

por Rivet entre la familia lingüística de los valles de Morrope, E'ten,

(1)

"Estado• Actual del Estudio· d:e ' las Lenguas Indígenas" por Antonio Portnoy.

Imprenta y casa editora "Coni",

B'ueno~

Aires,

1936.

(2)

Bolivia. Estudio Preliminar. La Pa-z,

16

-de Marzo• de

1925.

Pág. XII.

(3)

Dice el

cur~

Beltrán que Garcilaso de la Vega incurrió en erroT al profundi–

zar el quíchua. Asegura que le eran desconocidas o-eho• letras: b,

JJ

4

f,

g,

j.

1,

rr, x. Convertidas h

oy ~n

propias del quíchua 4 o 5 letras españolas, su alfa–

beto es tan t:ico que

a

.ún eliminando

l~.s

superfluas, consta de

35

letras (cinco

vo•cales y tr:einta consonantes). Para Mossi la voz quí-ehua o kjechua deriva

de las raíces hebreas kje, valle y chua, llano,plano.

-36-