lumen, tiempo o espacio prox1mo al infinito en la mitología andina o
el infinito mismo como el lector podrá comprobar en el Vocabulario.
Para distinguir el alcance de ésta palabra ha sido preciso un largo
Y
delicado análisis de los elementos que la rodean. Por su clasificación
gramatical es una palabra sin género que entra en numerosas combi–
naciones masculinas y femeninas. independiente de las voces espe–
ciales de la mujer. tratadas por el antropólogo Frazer y comentadas
por
.V
endryes.
Pero esa particularidad que fué una incógnita para los mismos
antis caracteriza su función abstracta y mística como se puede ver
en
l~s
textos de Salcamayhua. enmendados y traducidos por Miguel
Angel Mossi e incorporados en los "Himnos Quíchuas" por Ricardo
Rojas y en los cuales la duda no excluye la realidad tangible del do–
minio religioso que la inspira.
El Himno N
9
4 dice así:
Hanan¡>¡a·chap
Hurinpachap
Cochamanta. rayacpa
Camaquinpa.
Tucuy atipa'Cpa
Sinchi ñahuiyocpa
Ma.nchay ttemyocpa
Cay cari cachon
Del ciel·o,
De la tiena ,
Del qu e yace en lo profundo
de los ma–
[res;
De su Creado•r,
Del Todopoderoso
Del que tiene o
·j.osfu ertes,
Del dueño ael hervidero espantoso.
Sea éste varón
Cay uarmi cachon
o sea éste mujer,
~ispa
Camacpac
Diciendo que par a el Hacedor
Sutin huarmi,
Muj e1· se llama,
Camachyqui:
pues bien yo te inv·oco':
Pim canqui?
Quién eres?
Maycanmi canqui?
Y cuál eres tú?
Ymaeta.m ñinqui!
Q'ué dice s?
Rimayña.
Habla pues, ya.
(1)
La identificación del valor neutro del vocablo pacha que entra
en la composición de los nombres del cielo y la tierra en el poema in–
cáico aparecería como símbolo del tránsito insensible del espíritu re–
ligioso de los pueblos de .A·sia y América. con el ·cotejo de la represen–
tación mística del poema con respecto al sexo del Creador y el uso
que daban los persas al vocablo amada cuando se referían a 'Dios,
según la interpretación dada por "Un miembro de la S'ociedad Persa
de Londres" en el prefacio de "Selections from the Rubáiyát and odes
of Hafiz" (Londres
1920).
No debe sorprendernos mucho -dice–
Ri los poetas sufis se refieren algunas veces a la Deidad, no como a su
Esposo, sino como a su Esposa. su S'oberana
y
se refiera.n a El como a
su verdadera Amada (2).
·
(1)
Himnos Quichuas por Ricardo Rojas. Facultad de Filosmfía.
y
Letra·s de la
Universidad de Buenos Aires. Sección de crítica. Tomo I,
NQ 11, 1937.
Pág.
414.
"Ca.pac Yupanqui conjura al mismo demonio Cañacgay Yauirca".
(2) "Rubáiyát" de Ornar Khaiyám, ver sión de Joaquín V. González, prefacio de
Juli·o V. González.
(1924).
La imagen provocada por el símil no puede sor_
prendernos. Anterio•r a Ornar Khaiyám , poeta.-.astrónomo
qu e se supone na–
cido en
1050
y muerto ·en
1124,
floreció en Persia otiro gran poeta,
Rumi,
que
en quíchua quiere decir piedra. Y el pro>pio nombre de Ornar Khaiyám recor–
daría antiguos contactos si aceptásemos la fórmula a.ymara
1
-quíchua:
uma.-cay–
ñan,
igual a ·"éste camino ·del agua", palabra poy• palabra: agua - este - camino,
concordante con lo que él mismo dice en su p9ema "Ayer, Ho'Y, Mañana", ver –
tido del inglés por el doctor Gonzále z :
Yo he sembrado semilla de aquel saber arcano,
y
la ayudó a c1·ecer la la.bor de mi mano;
y ésta fué mi cosecha:
yo vine como el agua
y me voy de este mundo 'Como va el viento vano.
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