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o
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M. JULIO
DELGA.DOA.
y si te preguntaren diles que el zorro se lo ha comido.
Estos consejos te doy como indio de razón
y si no hicieras caso que te llegue mi maldición".
De aquí que s ea cierto el fenómeno descrito por
Lópe~
Albújar en estos
t&rminos: "Cuando le roban ruge y sé torna perro para descubrir."
Como el indio es mentiroso y simulador, cuando figura en un delito co·
mo agraviado a:bulla y hace revivir la escena con caracteres alarmant s.
Com<> testigo no siempre dice la verdad y al decir exP<>ne incompleto
por
temo~·
a la otra parte. Y como reo niega rotundamente.
Cuando clama justicia, convence con sus quejas; y litiga por roen·
drugos, por 2 o 3 cargas de papas o unos cuantos metros de terreno 1n–
cult<> y prefiere hacerse explotar con el "hombre bueno" (apoderado)
que ser victima de un robo. Esto mismo pasa ·en ·Chucuito, según
un trabajo interesante presentado por un muchacho universitario estudioso
y observador como conferencia de Egreso a la Práctica Forense de Are–
quipa, titula<l "El indio chucuitano y su vida jurídica", (1) y dice el autor
que se suscitan interdictos de recobrar por unos cuantos centímetros de
algas, en la orillas del Lago Tificaca. Transigen en un delito a cambio
de una remuner c "ón p e
niar~a.
o de cereales o ganallo.
Cuando e le
t
ta on rigor es sumiso y obediente
1
i;>ero si es con ca–
riño es abusivo. He ag:uf por qué emplean la violencia las mistis. Y esto
se debe al rencor congénito dlel verná<!ulo por el blanco, ocasionado por
ln explpta ión sacu1ar de los an epasa<los de éste.
En res umen, los puntos propuestos sobre la psicología -clt>l indio por Ló·
pez Ali'>újar, no es acepta·ble de un modo absoluto, sólo es aplicable al
ab-0rigen de la puna y con reservas, así los m1mcionados en los puntos 56,
62, 63, 65 y 66 constituyen peculiaridades locales <lel huanuqueño.
· I..as virtudes de la raza podemos resumir en lo siguiente: contextura
flsica recia: soporta los rigores de las enfermedades · endémicas, a pesar
de las condiciones higiénicas descritas. Soporta l-0s efectos de los alcalot–
es ingeridos en forma excesiva. Es cierto, que <le continuar-como hoy
· - sin ·modificación en su vida, perderá esta potencialiadad; porque dla a
día, el alcohol, la coca, la tuberculosis y la falta de higiene r<>e su or–
ganismo.
No creemos en su insociabilidad, como sostuvó en una tesls unlversita·
1·ia titulada "Colonato de la raza Indígena", un abogado. Porque de ser
as1,
no hab;·ían aillos o parcialidad es. Es cierto que en las punas, hay cabañaa
aisladas, pero ellas sirven sólo para habitar clrcunstancialrnente, pero no
para
Ja vida cuoti<liana.
(1) . El autor es Juan J osé Jlménez.