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M. JULIO DELGADO A.
diano puesto sobre wattia o k'armo (papas cocidas en hornos de tierra o
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de maíz, respectivamen te). Todo esto envuelto en una ..mk'uña pequeña
(especie de servilleta de tejido). Este es el más valioso pres ente que ofrece
todo indio en una fiesta, a manera de banquete.
A los 8 o 10 días, según sea la costumbre del lugar, vuelven los padres
ccn el yuyarichicuy o sea otro presente y este es el momento definitivo
del ceremonial.
He aquí otro distintivo, el indio es eseñcialmente cere'11onloso.
·
En esta segunda etapa: llaman a la wac-ha y le preguntan si efecti·
vamente lo quiere al presunto novio, aquella titubea, a pesar de todo lo
ocurrido y el purinacuy o visitas. Llámale la atención, la madre, hacién–
dole ver que habla la gente, que el novio presenta ventajas, en fin la ex·
horta en el sentido de que no tiene otra cosa que aceptar ante la ·disposi·
ción, de Dios, y de la Madre Santísima y el Patrón Santiago. C-0nstituye,
pues, todo un acto de invocación, mezcla de superstición y fe religiosa;
porque no solamente invocan los santos católicos, sino que también a sus
divinidades ancestrales como el apu (divinidad encarnada en el cerro próxl·
mo). Aquí se i)Uede percibir su panteísmo y fatalismo, 'l'erminada la exor·
tación entre medrosa y ruborosa admite.
·Luego comienzan las libaciones de la chicha y licor, llevados por los
padres del ma jta.
ste mientras tanto, realiza el rapto a media noche, y la
lleva a la casa donde han de vivir du11ante la época de la "Prueba.
He aquí el ra..Pto, revivicencia ;;Lncestra.l de toda organización primi·
tiva. Fenómeno ctmstante en todos los pueblos y reconocido por la Socio–
logía. Sabe -0s que este rapto se pra!cticaba en pueblos asiáticos, africanos,
arianos (rapto de las Savinas}, et:c. Es cierto que en la actualidad, en el
vernáculo, no significa un oderecho de propieodad sobre la mujer como fué
entre los primitivos romanos y demás pueblos, sino que es como una
compañía de cooperación; y el rapto ya no es real sino simholico.
Como está revestiodo de este ceremonial el sirvinacu:¡. es una institu·
ción prematrimonial y por tanto lícita ante los ojos de la opinión indígena.
Un Catedrático de la Universidad del Cusco, en un artículo publicado
en uno de los diarios de aquella ciudad y en su interesantísimo tomo "Hacia
Indolatinia", opinó porque esta institución ilegítima ante los ojos del Con–
cilio trentino, se la ·dé el carácter de legítima. Aun cuall!do no llegaría ja–
más a aceptarse como matrimonio católico, sin embargo el Estado podríale
dar carácter legal; porque una norma jurídica nace del consensus so–
cial, de la costumbre que es el derecho cartilaginoso. Pero un juez mo·
derno, el que aplica la ley viviente a un cuando aquella sea draconiana,
podría darle oderec•hos a la "servicia" indígena, extendiendo
el concepto
que
informa el art. 127 del C. C., que dice a la letra: "Pueden los despo·
sados estipular en los esponsales todas las condiciones honestas, que sean
conformes a la naturaleza y fin del matrimonio, y que no estén prohibidas
por las leyes, e imponerse una multa pecuniaria para la indemnización de