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FOLKLORE

Y

APUNTES PARA LA SOCIOLOGIA INDIGENA

25

llamaríamos "citas". El majta, ataviaido con sus mejores vestidos, llevan.cJo

consigo un pífano, charango

o lafito (pincuiÍlo),

espera en el camino.

Invita chicha a la enamoraida al llegar a un puesto de vendeja, que

por lo general al comien210 <le las poblaciones existe, y a la intemperi.e,

en unos

depósito~

c<>noci·dos con el nombre de chombas (entre los are·

CJ.Uipeños labriegos) y ma'kas en el leng11aje vernacular. li.:l majta costea

en cinco centavos y la wacha bebe volviendo la cara hacia atr,ás. Muchas

vec~s

la pretensa comienza por un gast<> de cinco centaYos de chicha.

Porque si acepta algo del galán, significa un comienzo del munanacuy

(acción de amarse o pretensa). Lo general es que en mc1io de esta prEl–

tensa y viajes realizan el acto sexual.

Nótese que no es sólo el cálculo, a que se refiere López Albújar, sino

un a·cto sentimental y .cJe a:tracci<ín sexual. La misma palabra munanacuy,

implica amor. Es natural que su pretensa tenga que ser concorde a su

psicología.

Y

como ya las gentes les toman en boca, lo que

en.o~

llaman runaj simin–

pi puriy, los padres del majta resuelven pedirla; y este a-cto es d·e lo más

trascen•dental para ambas fami lias, pues, al no ser aceptados se sienten ene–

migos. Para el acto de pedirla tienen que prepararse con un ma'kas de chi–

cha, merienda, una cuartilla de arroba de licor, coca, etc. Nótase <lesde los

prim·eros momentos un espíritu dubitativo en la faz del paidre ·de la wac . a.

La .madre aun no s e pr esenta;

sólo se la ve cuando el jefe de la famHia

no ha demostraido s u n egativa rotun.cJa.

Los indios tienen otra característica: son e<>rteses entre s i, no así con

el blanco, pol!'que a és e l e hablan con rodeos ¡por la misma desconfianza

que les inspira. De modo q_ue en el acto de pedir la mano, antes conversan

de asunt<>s generales como de fas heladas, del enojo del janac-pacha

<

cie–

lo). Le br•inda un poco de coca y comienzan a -chacchar. El padre del varón

con aire de solemni.(lad, como requiere el caso y oon el preámbulo de qu&

la gente habla <le las conversaciones del cholo con la ususi (tratamiento

que <lan a la hija de la persona con quien hablan, porque si dijeran p'asña,

sería una descortesía y si dijeran wacha, implicaría confianza, reñ¡.da con

la solemnidad del .acto), lo que ellos l1aman rijsinacuncu, :a pide con la

3Jdmonición de que, ya que el destino o el Patriarca San José u otrn santo

ha hecho que se hayan conocido han resuelto hablarles, para que no estén

en esa con.cJición de runaj simimpi (en la boca de las gentes). Le hace

ver que sabe trabajar, que tiene chacritas, animales, etc. El pa.cJre de la

usus·i, hace la fkción de que ignora, demuestra su sorpresa y no acepta

ni niega. Entonces la vergen (tratamiento que dan a las esposas) es co–

munica-da con la noticia y mientras tanto alcanza un poco

d~

piccho o coca

e introducen al mismo tiempo el presente, descrito más arriba. Por fin

después de haber libado y comido la merien.cJa ofrecen pensa.1·. manifestando

que, "yaquiña jina chaicca

yuyayucusaccuya (ya que el destino ahí ha

dispuesto lo pensaremos). La merien<la es lleva<la en un mediano. Consiste

en ja takko, ccochayuyo, tortilla <le huevos, queso fresco ta jado, ají de ha–

bas, conejo asado encima y a<lornado con bapderitas diminutas. Este me·