FOLKLORE
Y
APUNTES PARA LA SOCIOLOGIA INDIGENA
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llamaríamos "citas". El majta, ataviaido con sus mejores vestidos, llevan.cJo
consigo un pífano, charango
o lafito (pincuiÍlo),
espera en el camino.
Invita chicha a la enamoraida al llegar a un puesto de vendeja, que
por lo general al comien210 <le las poblaciones existe, y a la intemperi.e,
en unos
depósito~
c<>noci·dos con el nombre de chombas (entre los are·
CJ.Uipeños labriegos) y ma'kas en el leng11aje vernacular. li.:l majta costea
en cinco centavos y la wacha bebe volviendo la cara hacia atr,ás. Muchas
vec~s
la pretensa comienza por un gast<> de cinco centaYos de chicha.
Porque si acepta algo del galán, significa un comienzo del munanacuy
(acción de amarse o pretensa). Lo general es que en mc1io de esta prEl–
tensa y viajes realizan el acto sexual.
Nótese que no es sólo el cálculo, a que se refiere López Albújar, sino
un a·cto sentimental y .cJe a:tracci<ín sexual. La misma palabra munanacuy,
implica amor. Es natural que su pretensa tenga que ser concorde a su
psicología.
Y
como ya las gentes les toman en boca, lo que
en.o~
llaman runaj simin–
pi puriy, los padres del majta resuelven pedirla; y este a-cto es d·e lo más
trascen•dental para ambas fami lias, pues, al no ser aceptados se sienten ene–
migos. Para el acto de pedirla tienen que prepararse con un ma'kas de chi–
cha, merienda, una cuartilla de arroba de licor, coca, etc. Nótase <lesde los
prim·eros momentos un espíritu dubitativo en la faz del paidre ·de la wac . a.
La .madre aun no s e pr esenta;
sólo se la ve cuando el jefe de la famHia
no ha demostraido s u n egativa rotun.cJa.
Los indios tienen otra característica: son e<>rteses entre s i, no así con
el blanco, pol!'que a és e l e hablan con rodeos ¡por la misma desconfianza
que les inspira. De modo q_ue en el acto de pedir la mano, antes conversan
de asunt<>s generales como de fas heladas, del enojo del janac-pacha
<
cie–
lo). Le br•inda un poco de coca y comienzan a -chacchar. El padre del varón
con aire de solemni.(lad, como requiere el caso y oon el preámbulo de qu&
la gente habla <le las conversaciones del cholo con la ususi (tratamiento
que <lan a la hija de la persona con quien hablan, porque si dijeran p'asña,
sería una descortesía y si dijeran wacha, implicaría confianza, reñ¡.da con
la solemnidad del .acto), lo que ellos l1aman rijsinacuncu, :a pide con la
3Jdmonición de que, ya que el destino o el Patriarca San José u otrn santo
ha hecho que se hayan conocido han resuelto hablarles, para que no estén
en esa con.cJición de runaj simimpi (en la boca de las gentes). Le hace
ver que sabe trabajar, que tiene chacritas, animales, etc. El pa.cJre de la
usus·i, hace la fkción de que ignora, demuestra su sorpresa y no acepta
ni niega. Entonces la vergen (tratamiento que dan a las esposas) es co–
munica-da con la noticia y mientras tanto alcanza un poco
d~
piccho o coca
e introducen al mismo tiempo el presente, descrito más arriba. Por fin
después de haber libado y comido la merien.cJa ofrecen pensa.1·. manifestando
que, "yaquiña jina chaicca
yuyayucusaccuya (ya que el destino ahí ha
dispuesto lo pensaremos). La merien<la es lleva<la en un mediano. Consiste
en ja takko, ccochayuyo, tortilla <le huevos, queso fresco ta jado, ají de ha–
bas, conejo asado encima y a<lornado con bapderitas diminutas. Este me·