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FOLK.LOIRE Y APUNTES PARA LA SOCIOLOGIA INDIGENA

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con ese aspecto típico del caso, con la miraitla vidriosa, los labios set:os, la

voz desfalleciente, despidiendo mal olor; pasa su enfermedad tirado en el

sueló, dándose cuando más el lujo de una piel <le oveja y unos harapos por

todo lecho. Si se trata de una madre, esta mujer atacada -de tifus o viruela,

tiene a su rededor varios chicuelos pegados a su lado y un niño· a ·quien da

el seno. De estos niños unos están atacados, los otros tienen la inevitable

condena de un contagio inmediato.

Si se lleva a

.ca;bo

un registro más pr-0lij-0, casi nunca dejp. ode des cubrirse

· el gran tiesto depósito de orina en descomposición, que sirve al indio co·

mo remedio universal <le sus enfermedades, ya sea para tomarlo puro, o

con sal, o para !lsarlo en fricciones, vap-0rizaciones, defensivos, etc.;

e~

costumbre en ll!¡. mayoría de las fam.Uias, tener ese gran tiesto en

'l'!e

se

va depositando continua e indefinidamente 1a orina que ha de servir para

los usos diarios de su repugnante terapéutica y tocador. En esta materia

el indi-0 tiene una inexplicable preferencia por las inmundicias: la -0rina

yll

descomposición (llaman ellos p-0cko-jispay, que significa orina fermen- ·

tada); los excrementos del h-0mbre y de los animales, el fango, las carnes

y grasas en putrefacción, animales como sapo, culebra, etc., etc., son

otro~

tantos de sus "heroicos" remedios, de los cuales se sirven casi exclusiva.

mente" . . . . Esta -desgripció espeluznante .Ua variad:i

la fecha. Pero,

jamás, a l meí1-0s que sepamos, usaban en su terapéu1:ica la deyección hu–

mana ni animal. Es cierto que emplean para em.brujar con el !in de hacer

odiar a ·dos personas. Con el sapo vivo

JilOll

el lado de la

'banr~ga

fr-0tan

la superficie eritemada.

LA CO

M

1DA es frugal por, lo general, y como dice Enrique López Albú–

jar, "es sobri-0 en su mesa y voraz en la ajena". Consiste acmélla en un pla–

to

o dos de mazamorra de maíz, trigo o ode .chuño, con un p_oco de papas

(patatas); y el postre consiste en un plato de mote de maíz o de habas.

Los indios almuerzan a las 8 de la mañana,

y

a las 112 del día toman el lunch,

que llamap, ellos . merienda, el cual oons;iste en un ají ·d·e rrejoles o garvan–

zos y un po co de chicha (ac•k'a). En Ja noc hn un caldo o mazamorra, s\n

carne. La bebí-da corriente es la chiC'l1a, líquido del cual no pueden presciu–

<lir. Igualmente 'Clel li cor en l-0s trabajos, que 1para ellos es el néctar deU–

cioso; por co nsiguiente el mejor obsequio que puede hacerse

a

un in-dio es

el alc-011-01. por -desgracia. _Cuand·o en Jos trabajos agro-pecuarios, no pro–

porciona li cor el patrón es censurado y no vuelven a las labores. De modo

que, en ésto no hay cómo culpar a los afinca.dos, como hace traslucir el

Médi co doctor Belaúnde. Para desarraigar esta nefasta costumbre en· el

aborigen, hay que emplear medios científicos preconizado,; p-0r la Liga

an tialcohólica.

La coca es otro alcaloide, que se ingiere el in-dio dfa a <ifa. Y los indios

d e Sicu::in i y San Pablo; son asi<lu-os comerciantes de este articulo, para