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envío por mar ' al puert o de la pr incia de chile o al
puerto de arauco ', donde él pen aba hallar , iu
dnu¡ ,
para recibirlos
(
op.,
pág. 91).
(32) Interpretando nuevos documentos, encon ra.
io,
en
Lima, Levillier llega a la conclusión, fundada., de que
Diego de Rojas
~e
encontraba todavía en el Cuzco hacia
el 30 de abril de 1543 ; por lo cual su partida debió er
en mayo de dicho año;
y
la de Nicolás de Heredia 'posi–
blemente, en junio'
(op.,
págs. 94-100).
(33) De acuerdo ·a testimonios de algunos de los mis–
mos expedicionarios, Levillier opjna que éstos no pasa–
rían de 200
(op.,
págs. 100-102).
Dicho autor da también una lista de los nombres de
los soldados, que según historiadores y cronistas, vinie–
ron en la expedición; a la cual agrega otros nombres sa-
'
cados por él
de ,inforniaciones varias (op.,
págs. 102-106).
(34)
~Por
qué, allí, Rojas dejó su rumbo a Chile
y
al
puerto de Arauco, para segúir a Tucumán y bacía el Río
de la
Plata~
Según los cronistas, por un accidente casual.
Porque algunos soldados encontraron en chozas de indios _
llnas
galUnas ele Castilla
(por tales, al menos, las toma-
.ron) ; e interrogados los naturales, dijeron que ellas pro–
venían de tierras situadas más allá de los Andes , al na-