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Pero los datos má compl
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ol res tale indf
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e tán consignados en la
«Relación
cinónima ...
~
(
n -
nim::t,
op.,
págs.
80-82),
que
B
man atdbnve a.l G b
ma–
dor Cabrera,
y
de la cual licbo inve igad r aoó la re–
ferencias que van en la parte d
di
cada
alo
omecl 'l'ngones
(\7éase).
Finalmente, el cronista Cieza de León, refiriéndose -
sin duda ninguna - a los
comechingo ies, sancvt'ironas
e
indarnas}
trae algunas noticias importantes, poco o nada
cit.adas, como las sjguientes :
« ...
Ellos tenían por dio es
de su patria
y
muy propincos a sí al Sol
3'
a la Luna ...
Las casas dicen los que sa.lieron de la entrada que cava–
han en tierra hasta que ahondando en ella quedaban dos
paredes; poniendo la madera armaban sus casas, cobi–
jándolas de paja a manera de chozas. Tienen estos indios
muchos mantenimientos
y
grandes manadas de ovejas, y
muchas gallinas, frisoles
y
otras comidas ; pocas frutas,
y
la tierra es llana
y
de pocas sierras. Es gente de poco
lustre, barbados ; pónense cuando pelean en orden, for–
man escuadrón peleando, siempre delante los capitanes.
De verano traen unas camisetas no muy largas,
y
de
invierno mantas complidas de lana basta; las mujeres
también andan vestidas desta ropa ; es gente de poca ver–
güenza
y
de no .ninguna verdad, ni que saben qué es hon–
ra. Para entrellos algunas costumbres tienen buenas;
creían estar los españoles adornados de alguna deidad
»
(op.
~I,
cap. CCVIII).
(16) Francisco c1e Aparicio, en un estudio
ya
citado,
ha tratado de fijar precisamente los límites del territorio
ocupado por los diagnitas. Y dice allí que su frontera
~
septentrional 'no puede aún establecerse' ; haciendo no-